Hana Jallou es nuestra secretaria nacional de Migraciones. Nacida en España, hija de padre libanés y madre española, es una de las mayores expertas en radicalización islámica que tenemos en el país, y, en vez de apoyar su labor, la hemos puesto a caldo en Twuitter con insultos xenófobos e islamófobos. Es triste que tenga que enfrentarse a los radicales de un signo y de otro, de un lado y del otro de sus fronteras culturales, yo diría que de los opuestos, de los dos extremos de sus incultas fronteras. Y es curioso, pero ambos extremos utilizan las redes para, ruín, cobarde y vilmente, machacar a las personas, a la vez (no se olvide) que se les ‘señala’ como objetivo del odio y el fundamentalismo de las más fanáticas ideas y creencias, repito, de uno y otro lado del fantasmal espectro.

Vox, por ejemplo, recientemente pedía en la Asamblea Regional y en nuestros Ayuntamientos que el día 2 de febrero fuera declarado fiesta oficial de la Región de Murcia, ya que se conmemoraba «la toma de la misma a los moros por parte de nuestros antepasados». La muestra palpable de la incultura a la que antes me refería, es que ‘antepasados’ son todos nuestros ancestros sin distinción: celtas, iberos, suevos, alanos, romanos… y también los árabes, que estuvieron ochocientos años entre nosotros. No podemos elegir quién es nuestro antepasado y quién no lo es. Nosotros somos el resultado de todas las culturas, civilizaciones y etnias que nos han precedido. Solo la ignorancia, o la mala fe, es capaz de confundir los términos hasta tales extremos. Y eso, los propagadores de tales bulos y mentiras, de un lado y otro del panorama social y político, lo saben perfectamente, lo que pasa es que siembran en la ignorancia y la incultura general de la gente. Ahí es donde está el pecado y el problema.

El escritor murciano Paco López Mengual cuenta que, por curiosidad, envió una muestra a un laboratorio americano para que analizaran su Adn genético, y cuál no fue su sorpresa al comprobar que lleva sangre de cinco etnias diferentes. Cinco leches distintas en el mismo frasco. De hecho, casi toda la población española blanquita tiene una clara huella africana, aparte del cruce de pueblos que conforma nuestro mapa histórico. Un estudio de la Universidad de Oxford así lo atestigua. Yo aconsejaría a todos estos preponderantes raciales que padecemos que hicieran como López Mengual, y que mandaran un rastreo genético de su Adn. No solo es bueno ampliar los conocimientos sobre uno mismo, es que también es muy bueno para aprender humildad, y convencerse de que las supremacías son cuentos, interesados cuentos, pasados de moda, y que la realidad no avala sus enfermizas fantasías raciales.

Lo cierto y verdad es que si todos los fundamentalistas islámicos, judíos y católicoccidentales (que no cristianos) que hay, y hay para aburrir a ambos lados del Mississipi, tuvieran la más somera cultura sobre el origen de los pueblos que atacan y/o defienden con tal fanatismo, y vieran que todos proceden de un mismo origen, se darían cuenta que lo que tienen abierta entre sí es una guerra civil, una guerra entre hermanos, una guerra que derrama la misma sangre. Aunque empleen casi que los mismos caracteres de escritura, y la misma palabra (Shalom los unos, Salam los otros) para definir, ¡que incongruencia! La Paz… Y es que todo arranca de Abraham (padre de muchos pueblos, significa su nombre) y al que todos veneran pero ninguno honra ni respeta, dado lo que se demuestra.

Este patriarca tuvo muchos hijos, pero dos son destacados para la Historia: Isaac, nacido de su esposa, Sara, del cual provienen las doce tribus de Israel; e Ismael, de su concubina Agar, de los cuales, tras ser enviados al exilio, vienen los pueblos conocidos como ismaelitas y/o agarenos, o sea los árabes, o sea los moros… O sea que unos y otros tienen la misma genealogía y comparten el mismo padre. Es posible que, por eso mismo, su odio sea también ancestral… Luego el cristianismo es eminentemente judío, aunque el paulino-catolicismo fuera transferido a los ‘gentiles’, o sea, a pueblos de otras razas y culturas. De ahí que, a esas tres religiones, que derivan unas de otras, se les conozca universalmente por ‘las Religiones del Libro’.

Que en pleno siglo XXI, la era de las comunicaciones y los conocimientos, de los avances científicos hasta el punto de rastrear la genética humana, se dé, como se está dando, un resurgir de populismos, integrismos y fanatismos, por motivos de raza, diferencias culturales o de creencias religiosas, cuando se está demostrando fehacientemente que cualquier ser humano es el crisol de todos los demás seres humanos, es algo que no se comprende. Yo, al menos, no lo entiendo. El auténtico cristiano, Jesús lo predicó a través de la fé: tu hermano eres tú mismo, ámalo en consecuencia. Y la gente lo creyó, o no lo creyó. Pero ahora está demostrado físicamente, palpablemente, con pruebas irrefutables, científicamente. O lo tomas, o lo dejas, pero has de admitirlo aunque no lo aceptes… Así que solo hay un par de posibles explicaciones: o la atroz y estúpida incultura es mayor que las evidencias, o la maldad intrínseca es mayor que todo lo demás.