Se las prometían felices, pero el cuento de La lechera se ha torcido y ya no podrán recibir lo que se les prometió. Creyeron a pies juntillas en el preacuerdo alcanzado en diciembre de 2019 entre el Gobierno local y los sindicatos, que pusieron toda la carne en el asador y arrancaron el compromiso del PP de que los 2.700 funcionarios del ayuntamiento de Murcia cobrarían la carrera profesional, denominada técnicamente ‘carrera horizontal’.

Se supone que empezarían a percibir ese dinero extra a lo largo de este año con las bendiciones de todos los sindicatos con representación en el consistorio murciano (solo se abstuvo UGT). Sin embargo, el coronavirus ha trastocado esas previsiones alcanzadas y PP y Cs han dejado fuera de juego a los funcionarios, que deberán ponerse a la cola si alguna vez quieren que ese acuerdo se haga realidad.

Los presupuestos municipales de 2020, que han sido aprobados prácticamente en el ocaso del ejercicio, no dicen nada de la carrera profesional, una falla que no ha sentado nada bien a funcionarios y sindicatos que los representan. Y no solo por la pérdida pecuniaria en sus nóminas.

El cabreo es más bien por las formas. Nadie del Gobierno local se ha reunido con ellos para explicarles que los recursos del Ayuntamiento de Murcia están en sus horas más bajas y que los recortes que se barruntaban hace meses por la covid se han hecho realidad, como un mal sueño.

Tampoco se les ha puesto encima de la mesa un nuevo calendario en el que confiar todas sus expectativas, y eso que las relaciones entre el equipo del alcalde, José Ballesta, y los representantes sindicales son bastante cordiales, una situación que puede cambiar con el devenir de los sucesivos presupuestos si el Gobierno local no toma nota de que lo prometido es deuda.

Pagar la carrera profesional a los funcionarios municipales de la capital supondría un gasto para las arcas públicas de casi tres millones de euros (se incluye en esta cifra la Seguridad Social de los trabajadores) en el año 2020 y otra cantidad similar en el 2021. En total, más de cinco millones en dos ejercicios, que corresponden al 40% del coste total de la carrera profesional de la plantilla municipal. El 60% de la carrera profesional, hasta llegar a los casi nueve millones, se estipularía en sucesivos ejercicios. Por lo tanto, cuando se llegue al cien por cien, el gasto anual para el Ayuntamiento rondará los diez millones de euros, una cantidad nada desdeñable si se tiene en cuenta que el coronavirus dejará muy tocados los ingresos locales y que el consistorio deberá seguir arrimando el hombro para sacar del pozo a sectores económicos muy tocados por la covid.

Esta situación de descalabro en las cuentas puede tardar años en enderezarse y la crispación de sindicatos y funcionarios puede llevar a enturbiar las relaciones con los populares y los naranjas si no se negocia un nuevo calendario para satisfacer la carrera profesional. El SIME, sindicato mayoritario en el ayuntamiento de Murcia, ya sacó a la calle en 2016 al alcalde ‘Pepe Pinocho’, un alter ego de Ballesta, en el momento más crudo de la negociación colectiva para lograr que se escuchara la voz de los empleados públicos. No sentó nada bien al regidor esa mofa de su cargo a través de ese personaje de ficción que, sin lugar a dudas, sería resucitado por los representantes sindicales.

Por nadie pase.

Un nuevo retoño en las filas del grupo socialista

La concejala del PSOE en el Ayuntamiento de Murcia, Esther Nevado, ha sido madre de nuevo después de que su compañera de filas Ainhoa Sánchez también fuera mamá. La edil Nevado le dedicó unas palabras en redes sociales a su hijo Luca. «Tus mamás lucharán cada día para que el mundo en el que vivas sea más justo y próspero. Tu hermano ya lo sabe y tú pronto aprenderás el lema de nuestra familia: juntos vamos lejos», una reflexión en pos de la igualdad entre todos los tipos de familias. Felicidades a esas mamás.