Estoy segura de que no soy la única a la que en más de una ocasión le hubiera gustado ser invisible. Llevo años luchando contra los prejuicios.

Trabajar en televisión y, por tanto, ser un personaje público en nuestra Región, no ha ayudado mucho. No lo cambio por nada, por supuesto. El cariño de la gente es el impulso que me hace ser feliz y me siento muy orgullosa de saber que saco más de una sonrisa y ayudo a todo tipo de causas benéficas, no podría ni contarlas.

Pero claro, lo que vemos en la pantalla o encima de un escenario no es lo que hay detrás. En fin, que no podía dejar de hablar del problema de la envidia en muchas mujeres. Sí, es algo de lo que no se habla, pero que todos sabemos que existe, y necesito decirlo porque me parece tan triste, tan estúpido... Detesto que en vez de apoyarnos nos intentemos destruir, me parece muy poco inteligente.

Cuando una artista española triunfa en Hollywood oigo más desdeños que halagos. Sin embargo, si se trata de un hombre la cosa cambia. Si vemos a una mujer muy guapa y con un outfit que nos encanta, entonces se convierte inmediatamente en tonta. ¡¿Cómo va a ser guapa e inteligente, faltaría más?! Cuando un hombre va en un coche de alta gama nadie se para a pensar si es suyo, pero si se trata de una mujer, entonces todos y todas pensamos que será de su marido. Cuando una mujer tiene que tratar con otra que cree que es más guapa o inteligente, levanta las espadas y le hace la vida imposible si hace falta, porque se siente invadida, en vez de unir fuerzas para aprender ambas, la una de la otra.

¡Dejémonos de chorradas de una vez! Claro que una mujer puede ser guapa e inteligente al mismo tiempo y además buena persona. Y lo peor es que lo sabemos, pero aun así no le damos la oportunidad de conocerla. Ojalá supiese cómo cambiarlo. Lo de «la suerte de la fea, la guapa la desea» (y mira que es un refrán feo) es una verdad como un templo. Hay mujeres a las que ni se les acercan los hombres por 'miedo', por inseguridad, y no contemplan ni por un minuto la opción de conocerlas.

Chicas, entre todas somos más fuertes. Aunque hemos avanzado mucho, aún nos queda mucho por hacer, y qué mejor que juntas. La belleza es efímera y la vida muy corta. Vamos a dejarnos de prejuicios y a ser más inteligentes. El hombre no es nuestro enemigo, pero las mujeres a veces sí, y eso hay que cambiarlo porque si no lo hacemos, nunca llegaremos hasta donde queremos, hasta la igualdad.