La consejería de Hacienda ha comenzado la elaboración de los presupuestos de la CARM para 2021; presupuestos que deberían sentar las bases de una recuperación que deje atrás los altos índices regionales de pobreza y exclusión social, de temporalidad y precariedad laboral, y de privatización y debilitamiento de los servicios públicos, además de dar respuesta a las numerosas necesidades derivadas de la crisis socioeconómica en la que nos encontramos.

Así que, aprovechando este momento inicial, me permito apuntarle al señor Celdrán tres cuestiones importantes que, seguramente, ya habrá considerado. La primera es la necesidad de aumentar el actual (y casi fijo desde hace años) 14% de gasto sanitario en Atención Primaria para aproximarlo al 25% propuesto como objetivo óptimo por la OMS. La razón de este incremento se justifica tanto por las necesidades derivadas del control de la pandemia como por la obligación de avanzar en el carácter preventivo y de promoción de la salud del sistema sanitario, pero también de reequilibrar su equidad eliminando las diferencias entre las Áreas de Salud, de garantizar su accesibilidad y eficacia ampliando horarios y servicios en los centros de salud, de mejorar sustancialmente la gestión de las listas de espera, y de eliminar definitivamente los recortes presupuestarios de épocas anteriores.

La segunda se refiere a la necesidad de garantizar las condiciones sanitarias adecuadas en los colegios e institutos de la región durante el próximo curso escolar, lo que exige disminuciones de ratio, contratación de más profesorado, más gasto en limpieza y más recursos para gastos de funcionamiento de los centros, entre otras cosas. Véase la situación de Alemania y el planteamiento de Italia ante el nuevo curso.

Además, ha de garantizarse condiciones de teletrabajo adecuadas para alumnado y profesorado en caso de un nuevo confinamiento. Nada de esto se aprecia adecuadamente en los planes de la Consejería de Educación, lo que justifica sobradamente la petición de dimisión de la consejera hecha por CC OO.

Finalmente, una recomendación: que tome nota de lo dicho hace unos días, en un momento de lucidez, por el vicepresidente andaluz: «No es tiempo de bajar los impuestos». Los 180 millones, por ejemplo, que la CARM dejará de ingresar este año por las bonificaciones al juego y las reducciones del Impuesto de Sucesiones e IRPF, de las que se benefician las rentas más altas de la región, hubieran venido muy bien para todo lo anterior.