No sé si es para tirar cohetes. Si nos servirá para que nos visualicen los turistas, pero la NASA ha descubierto Murcia: Un universo paralelo que va para atrás. En los propios fundamentos de derecho que justifican los menores controles medio ambientales, el Gobierno regional cita al Levítico, elaborado entre los siglos VI y IV A.C. Ciertamente, de manuales religiosos sabemos mucho en nuestra Comunidad pues, salvo en los momentos en los que más hace falta, aparecen periódicamente. No sabía la agencia especial estadounidense que era posible encontrar un fenómeno similar en nuestro propio planeta. Día sí y noche también, los andares del cangrejo nos retrotraen tanto a otras épocas que no sería extraño que los más cavernícolas se auparan con el cetro. Por el momento, aprovechamos la actual plaga para horadar más nuestro paisaje.

Siguiendo las recomendaciones del Gobierno murciano he dejado, por tanto, de mirar la realidad para observar el cielo y me congratula, de nuevo, saber que la NASA, en un segundo estudio durante estos días, ha anunciado que el sol está perdiendo fuerza. No quepo en mí de gozo. Además de situarnos en el mapa, los científicos norteamericanos, que han visto caer a su director de lanzamientos espaciales, auguran que el astro será más benévolo, por lo que acariciará nuestra piel con mayor cariño y nos dejará respirar en las particulares ollas donde se cuecen nuestras ciudades.

¿Con qué nos sorprenderán en la Fase II los amigos de América? ¿Con que el Mar Menor vuelva, en esa revuelta atrás permanente que nos acerca al Big Bang, a tener caballitos de mar? Entonces nuestros escribas gubernamentales podrán estampar en el BORM el Éxodo, la particición de las aguas en, con perdón, el Mar Rojo.

Ahí te quiero ver, Moisés. Ni universos paralelos ni soles, a ver quién narices, de nasa o nasal, da una solución al Mar Menor, aunque es difícil hallarla si, en vez de poner remedio, nos piden que imitemos al avestruz para que ni la NASA ni el resto del mundo se asusten de nuestras vergüenzas.