En ese ambiente, la continua afluencia de gente por el casco histórico me hizo pensar en Cartagena en un día de cruceros, y en el proyecto iniciado por el Ayuntamiento de la portuaria y la Comunidad Autónoma para conseguir la mención de Ciudad Patrimonio de la Humanidad. De conseguirse, proceso en el que la alcaldesa de Cartagena, Ana Belén Castejón, está poniendo esfuerzo y empeño, el número de turistas se incrementará notablemente teniendo la población que estar preparada para recibirlos, haciendo de informantes de historias, leyendas y riquezas culturales más de una vez.

Si nos retraemos a 1972, año en que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura comenzó a reconocer lugares con un valor universal extraordinario, nos encontramos con una Cartagena que tenía una estampa muy diferente a la actual, esa tan entrañable que bien retrató en sus escritos Isidoro Valverde y que los más jóvenes deberían conocer. El cronista dejó constancia de la mucha vida que tuvo la Plaza de la Merced, del trasiego de viandantes que recorrían la calle del Alto, y del concurso de cartageneras que se celebró en la Plaza de Toros. Nos encontramos así ante una mirada retrospectiva, con una Cartagena que pasaba buenos ratos de ocio en el Paseo del Muelle, donde pudieron verse espectáculos de la altura de Machín.

La posibilidad de obtener la mención de Ciudad Patrimonio de la Humanidad lleva a imaginar los beneficios económicos que puede traer a toda la región. Un gran reclamo para conseguirlo es, como no puede ser de otra manera por su gran valor, el Teatro Romano, referente del municipio cartagenero. Su directora, Elena Ruiz Valderas (quien anteriormente dirigió el Museo Arqueológico Municipal Enrique Escudero de Castro), consideró la importancia de este monumento en su discurso de reciente ingreso en el Comité Científico de la Fundación Centro de Estudios Históricos e Investigaciones Locales de la Región de Murcia, titulándolo «El patrimonio arqueológico como motor de la regeneración urbana: Cartagena y su Teatro Romano». En aquel acto, del que ya hizo eco este mismo periódico, el director de la citada Fundación, profesor y catedrático de la UMU Francisco Chacón Jiménez dijo, aludiendo al lema de la institución que tanto viene haciendo por la identificación, análisis y difusión de la cultura histórica, «hacemos historia y contribuimos al futuro».

Sigamos en Cartagena con ese hacer historia sin parar, mirando al futuro y en continuo recuerdo a ese pasado esplendoroso que nos trae al presente, con el anhelo de conseguir para la ciudad el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad. Una apuesta ilusionante en la que debemos implicarnos la ciudadanía, contribuyendo por ejemplo con el solo hecho de no tirar papeles al suelo o salir a la calle con la actitud de informar a visitantes cuando se nos requiera.

Por cuestión de espacio y por no aburrir a lectores no me alargo más en este apasionante asunto, que trataré en columnas venideras. Mientras tanto colaboremos entre todos/as aunque sea con pequeños granitos de arena, y cada cual como pueda a considerar la valía del patrimonio y a su puesta en valor.