En estos días en que nos embarga la sensación de que el país está paralizado, de que las Administraciones caminan ralentizadas porque lejos de gestionar se está en eso de los pactos y los acuerdos y desacuerdos, es bueno detenerse y recuperar el aliento de las cosas que forman también parte de la vida. Así es que esta semana dejo a otros articulistas la política y busco otras cuestiones que me reconcilien con el hacer diario de la vida. Y en esa búsqueda de otros temas que nos saquen del enfrentamiento y del ruido nos encontramos con que, por fin, Medina Siyasa, el antiguo poblado árabe que se asienta en el llamado Monte del Castillo, en Cieza, será protegido mediante un sistema de pérgolas adaptado a la topografía del terreno. Un plan de cobertura de los arquitectos Angosto e Ibáñez, que se asentará sobre pilares de acero y buscará el menor impacto paisajístico. Un proyecto que permitirá la protección de esta lugar que ha estado expuesto a la intemperie durante muchos años y que ha ido sufriendo las inclemencias del tiempo, aunque bien es cierto que las condiciones orográficas, geológicas e históricas del Monte del Castillo, lugar en el que se encuentra el yacimiento, han permitido un estado de conservación excepcional, por lo que los expertos aseguraron en su momento que Siyasa es la medina islámica que mejor da a conocer el desarrollo urbanístico, la estructura doméstica y los elementos ornamentales de las ciudades andalusíes de los siglos XI y XIII.

Y me hace feliz hablar de ello porque esta es una intervención que agrandará el atractivo turístico de la zona. Atractivo que va estrechamente unido al Museo que lleva el nombre de Siyasa. Museo dirigido por Joaquín Salmerón y que se encuentra instalado en el antiguo Casino de Cieza, un edificio modernista de 1912 que cuenta con 1700 metros cuadrados de superficie expositiva. Y aunque el museo dedica una amplia sala a la Prehistoria ciezana, desde el Paleolítico Inferior al Eneolítico, con muestras de la cultura ibérica y la romanización, destacando la sala dedicada al Arte Rupestre, donde se exponen útiles y recipientes hallados en las distintas excavaciones de los abrigos y cuevas ciezanas (como ejemplo la Cueva de la Serreta, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco), lo cierto es que el gran atractivo del mismo es el recorrido por la parte del museo dedicada a la cultura islámica de Siyasa, donde se exponen arcos y pórticos de estilo almorávide, de la primera mitad del siglo XII. Arcos almohades de la segunda mitad del mismo siglo, y Arcos protonazaríes de la primera mitad del siglo XIII, recuperados de la excavación de Siyasa, con alguna representación de vidrio que destaca por la dificultad de conservación de este material, así como alguna jarra esgrafiada de la primera mitad del siglo XIII. Algo que nos habla de la importancia de lo que se expone ya que, en el arte musulmán, son escasas las representaciones humanas en época medieval. Y precisamente, para una mejor comprensión de la arquitectura de Al Andalus de los siglos XI y XIII se exponen dos maquetas de la ciudad excavada. Una de ellas muestra en detalle la distribución de las primeras casas recuperadas y otra corresponde a la totalidad del yacimiento: desde el recinto militar o alcazaba, hasta la muralla donde se reproduce el perímetro de la misma.

Sí, la visita previa al Museo Siyasa y el traslado posterior a la propia Siyasa, ya cubierta, ya protegida, será ruta obligada para los amantes del pasado de esta tierra nuestra a la que es un placer ir descubriendo.

Ciertamente, el mundo continúa girando, aunque el ruido de la política, a veces, nos impida captar sus giros.