Estamos a mediados de julio y quizás sea este un buen momento para hablar de viajes porque quizás más de uno de ustedes se esté planteando ir a algún sitio a pasar unos días ahora que están o van a estar de vacaciones. Permítanme que, desde una modestia absolutamente falsa, les hable un poco de algunos lugares que yo he tenido la suerte de visitar tratando de no convertir este escrito en una guía turística. Además, en un viaje, la experiencia de cada persona es absolutamente distinta pues depende mucho del estado emocional en el que uno se encuentre para que las sensaciones que te llegan sean valoradas de un modo u otro.

En primer lugar yo les recomiendo España. Para el interior quizás la época no sea buena, por el calor, pero, si tienen suerte con el tiempo, hay rutas sencillamente sensacionales: Guadalajara, Sigüenza, Medinaceli, Santa María de Huerta (el refectorio gótico más bello del mundo) Almazán (sensacional iglesia mudéjar) y Soria. Otro que no es moco de pavo es el de León, Burgos, Palencia, que es materialmente inabarcable de tanta cosa por ver, o pasarse unos días viendo la provincia de Segovia. Por arriba están Cantabria, Asturias y el País Vasco (para mí San Sebastián es la ciudad más bella de España), y Galicia, por supuesto. Y abajo la tremenda Andalucía, con una Sevilla que te deja patidifuso, Granada o Córdoba (en mi opinión, la mezquita-catedral es el monumento más impresionante de nuestro país). En fin, que España es tremenda. A dos horas de avión, hacia el sur, está Marruecos, y, en especial Marraquesh. Es una ciudad increíble, y, por si tienen ustedes alguna preocupación, de una seguridad igual a la de cualquier ciudad española. Yo también conozco Tánger y Casablanca, pero realmente es Marraquesh el lugar ideal. Por cierto, tiene unos hoteles de altísima categoría a precios aceptables, y a esos es donde hay que ir. En África también está el lugar que más me ha impresionado de todos los que he visitado, el que me dejó más huella para siempre. Les hablo de Egipto, que, sin lugar a dudas, es el gran viaje de mi vida. Quizás yo estuviera especialmente sensible, pero tengo montones de recuerdos, de momentos llenos de magia: el templo de Luxor al atardecer con el cielo color turquesa, el de Abu Simbel, el crucero por el Nilo, las pirámides, la vida en El Cairo, etc. Una pasada, oiga.

Europa no tiene desperdicio. Londres y París son las ciudades a las que he viajado en más ocasiones, en las que he pasado más tiempo. De Londres, los museos: el British, la National Gallery (si van allí, busquen el cuadro que más me ha impresionado de todos los que he visto en mi vida: E l dux Leonardo Loredan, de Bellini. No es más que un retrato pequeño, pero yo creo que tiene toda una vida dentro) la Tate, etc. Los londinenses no suelen ser simpáticos, pero tienen una ciudad increíble. Les recomiendo una excursión estupenda: tomen el barco en el Parlamento y saquen un billete a Greenwich. Está muy cerca de Londres y eso les permite viajar por el Támesis pasando por debajo de todos los puentes más típicos y viendo la ciudad desde el centro hasta las afueras. A nivel de arquitectura es la repanocha. Pueden ver desde lo más tradicional a lo más absolutamente moderno. De París, ¿qué les voy a decir que no sepan? Ah, sí, que se lleven dinero en cantidad porque es una de las ciudades más caras de Europa.

Aunque ahí están Berlín, Viena, Praga, Roma, etc., que he visitado y me han parecido lugares del máximo interés, hay dos viajes muy recomendables, dos países que merece mucho la pena recorrerlos en un coche haciendo paradas en los sitios de más interés. Me refiero a Escocia y a Bélgica. La primera es un lugar genial y tan diferente a España. Lo recomendable es pasar dos o tres días en Edimburgo y comenzar a viajar hacia el norte: Aberdeen, las Highlands, Inverness, la islas del norte, y bajar por la parte Atlántica. Y Bélgica es tremenda. Además de Bruselas, está Brujas, Gante, y un montón de lugares increíbles.

Viajar, qué maravilla. Ahí es donde vives la Cultura.