En los últimos días el presidente de la Comunidad Autónoma de Murcia, López Miras, ha hecho gala de un 'ardor guerrero' ciertamente digno de estudio. Es cierto que hay que comprender que es joven y como tal ha de tener algunos momentos de cierto carácter impulsivo, pero quizás esos impulsos debería encauzarlos por otros derroteros distintos a la utilización de un discurso absolutamente bélico que no beneficia en nada a una personalidad, la suya, que aparenta un cierto aire bonachón y un tanto tranquilón también (ya se sabe que las personas metidas un poco en carnes dan la sensación de ser de natural apacibles); es por esto que extraña el terreno en el que ha entrado en los últimos tiempos, con sus intervenciones en actos como en el de la convención de su partido, el PP, en Sevilla, y su última aparición en Los Desayunos de TVE.

Por lo que se ha podido ver en las imágenes de su participación en el foro Diálogos Populares, dentro de la Convención Nacional del PP, su parlamento lo llevaba escrito, así es que no puede ser un súbito entusiasmo motivado por estar ante un foro de personas afines y en un acto tan principal. Y si lo llevaba escrito, debemos pensar que previamente existió reflexión sobre ello, sobre el contenido, sobre la barbaridad que diría. Pero la dijo. Nuestro presidente comparó la Murcia socialista del año 1992 con la Alemania nazi del año 1933. Así, como suena.

En su intervención, triunfalista y casi mesiánica (le brillaban los ojos de puro entusiasmo), habló de que este país lleva cuarenta años de democracia pero destacó sobre todo que han habido en ese periodo dos años trascendentales, 1996 y 2011. Por supuesto, periodos coincidentes, faltaría más, con sendas victorias nacionales del Partido Popular que, según López Miras, permitieron sacar al país de «la crisis económica y social fomentada por los Gobiernos del Partido Socialista». Para continuar hablando, en el colmo de un incontrolable entusiasmo partidista, de la 'ruina' de la agricultura y el empleo en Murcia hasta 1995, año en que, por supuesto, ganó el PP.

López Miras se podía haber quedado ahí, pero no, se encontró cómodo en su discurso y soltó lo que llevaba preparado y es que, según él, en el contexto de aquella situación critica, antes de que el PP ganara, claro, «se incendió el Parlamento regional, como se incendió en el año 33 el Reichstag alemán». Sí, López Miras comparaba el incendio de la Asamblea Regional de Murcia en 1992, consecuencia de un cóctel molotov lanzado por algún manifestante que participaba en las protestas de los trabajadores de la Bazán en Cartagena, con el incendio del Parlamento Alemán ocurrido poco después de que Hitler accediera a la Cancillería del Reich (algo que a Hitler le vino muy bien para imponer su régimen totalitario, suprimiendo derechos constitucionales y persiguiendo a todo el que no le gustaba).

Pero si esta comparación ya me pareció incalificable, sin palabras me quedé con su entrevista en los Desayunos de TVE. Debo confesar que me incorporé tarde a la entrevista en La 1, pero me dio tiempo a vivir un momento impagable, cuando le dijo al presentador del programa: « Sergio, he venido a conocer a Paz Vega», ante la atónita mirada de Sergio Martín quien, un poco 'descolocado', acertaba a decir: «Está por ahí, ahora te vas a cruzar con ella». Así es que con este final pensé que seguramente no me había perdido nada interesante pero, miren por donde, a lo largo de la entrevista, tuvo tiempo para continuar con su lenguaje bélico al defender a Cristina Cifuentes acusando a la oposición en Madrid de poner en marcha un 'pelotón de fusilamiento' y 'cacería' porque, según él, las explicaciones de Cifuentes habían sido 'suficientes': «Mientras no se demuestre lo contrario, Cristina es para mí un ejemplo de honradez y honestidad».

Después de todo esto yo estoy en un sinvivir: ¿llegaría a conocer a Paz Vega?