Ni España ni Murcia han mejorado sus resultados en el informe PISA. Esta es la primera de las enseñanzas y la más importante que debemos extraer de los resultados que fueron publicados el pasado 6 de diciembre, por mucho que algunos responsables políticos que gestionan la educación en nuestra región quieran hacernos ver otra realidad paralela. Responsables que en estos días se han dedicado a inundar las redes sociales a través de mensajes simplistas, publicitarios y propagandísticos, exponiendo datos numéricos manipulados en base a intereses que les permitan ratificar sus políticas educativas. Políticas que se han vuelto a demostrar ineficaces e ineficientes en pro de una calidad educativa para con nuestros jóvenes y, sobre todo, para aquellos que más dificultades presentan, como lo son los que pertenecen a contextos socioculturales desfavorecidos y a otros cuyas familias más han sufrido las consecuencias de la crisis económica en los últimos años, lo que refleja la inequidad de nuestro sistema educativo regional.

En estos días hemos podido leer mensajes como que la Región de Murcia sube 37 puntos en la evaluación internacional del alumnado PISA, pero lo que no explican es que la ponderación de esos 37 puntos es sobre un total de más de 1.500 puntos de media nacional que se pueden conseguir, por lo que la incidencia de esta subida en factores cualitativos educativos es mínima e imperceptible educativamente. Además, es más que probable que una comunidad autónoma, como puede ser Murcia, remonte alguna posición relativa en el ranking general, no porque sus alumnos hayan aumentado sus conocimientos en una materia concreta, sino porque los estudiantes de otras comunidades han bajado el rendimiento.

Así pues, y en términos futbolísticos, en la competencia científica, los delanteros del Murcia marcaron en el 2012 479 goles y ocupaban el último lugar del ranking de goleadores. En esta nueva temporada han logrado cinco goles más, por lo que, al no ser una cantidad representativa, lo normal es que estuviera ocupando nuevamente el último o penúltimo puesto. Pero ha sucedido todo lo contrario: esta temporada ha subido cuatro lugares ocupando el quinto puesto por la cola de un total de 17 equipos, superando a los delanteros vascos, extremeños y andaluces, que han marcado 23, 13 y 9 goles menos, respectivamente, que la pasada temporada. Subimos porque otros bajan. En términos generales, la valoración de unos buenos resultados que ha hecho la Consejería ha sido gracias la ineficacia de otros, no por la productividad propia. Igual argumento ocurriría con la competencia matemática.

Aun así, Murcia sigue estando donde estábamos en 2012, en la cola de la cola. No existen cambios significativos puesto que las variaciones son menores. Así que toca analizar bien los datos, proponer posibles medidas de mejora que vengan de un consenso de todos, en pro de una mejora cualitativa en términos de inserción laboral, de calidad de la enseñanza y de un descenso del abandono y fracaso escolar. Términos, estos últimos, que tras situarnos en 2015 en un porcentaje del 23,6%, ha alcanzado en este tercer trimestre un índice del 26,2%.

Si el índice socioeconómico (ISEC) ha sido tan determinante en los resultados, no podemos conformarnos con quitar de las estadísticas, como tan desafortunadamente ha manifestado nuestra consejera, a los alumnos repetidores y negar la realidad de un sistema poco equitativo en el que se niega el trato diferencial de cada alumno, según sus propias capacidades y competencias, tanto a los que destacan por arriba como a los que tienen necesidades de apoyo educativo, siendo Murcia campeona en inequidad educativa. Sería deseable que ante tal falta de responsabilidad y consideración con el alumnado y padres de éstos hiciera dimitir a alguno de sus asesores, ya que ella misma no lo hará.

Ignorar esta realidad impedirá analizar los programas escolares alternativos. No hacer autocrítica impedirá apostar por apoyos, refuerzos, reducción de ratios e itinerarios que no solo sirvan como vía de escape, sin retorno, de una enseñanza obligatoria. E impedirá no apostar por medidas y programas, que en lugar de incluir a los rezagados (y los que podrán llegar a la excelencia) premia los agrupamientos homogéneos para ahorrar. Invertir en diversificar podrá corregir las diferencias de partida, para que no tener ordenador en casa no suponga un fracaso predecible.

Desde Ciudadanos consideramos que los resultados hacen más necesario si cabe llegar a un Pacto Regional por la Educación. Que miren hacia Castilla y León, donde son conscientes de que sus buenos resultados radican en que «toda la comunidad educativa trabaja en la misma dirección». Sin embargo, también en los últimos días, hemos conocido que la Consejería ha puesto en marcha una batería de medidas por su cuenta sin contar con las propuestas, no ya de otros partidos, sino de otros agentes educativos. Y eso nos preocupa porque no da a entender voluntad de pacto, y mucho menos de diálogo, en algo tan decisivo para el futuro de nuestra región como es la Educación.