Todos parecen muy contentos con los nuevos cacharros de Realidad Virtual y auténticamente enloquecidos con los juegos de Realidad Aumentada que han popularizado Nintendo y sus Pokemon Go. Pero los que se frotan realmente las manos con las nuevas tecnologías que vienen y con su difusión mayoritaria entre todos los públicos son las empresas de pornografía online, el sector que desde el principio de internet ha tirado realmente de casi todos los nuevos avances.

Cuando nadie parecía creer en la viabilidad de los pagos por tarjeta de crédito en internet, unos informáticos al borde del colapso financiero y personal crearon un inventito para que la gente pudiera ver unas miserables fotografías, directamente escaneadas de revistas porno del kiosko. Le pusieron precio al servicio y crearon un sistema de pago online. Como no pensaban que fuera a surtir mucho efecto, crearon un sistema de alarma con aviso sonoro. El primer ´pin´ tardó más de un día en llegar, y a continuación fueron cayendo con cuentagotas. Esas gotas se convirtieron en cascadas, hasta el punto de que tuvieron que silenciar el aviso sonoro para no volverse locos. Años después, aquel proyecto cutre desarrollado en una habitación de un motel de carretera se había convertido en una de las mayores empresas de pago por internet del mundo

Pero lo mejor no va a ser tanto la Realidad Virtual, sino ese derivado que es la Realidad Aumentada, y que básicamente consiste en superponer personajes animados, imágenes dinámicas o información de cualquier tipo sobre las imágenes reales, siempre que se vean a través del filtro adecuado. Si no lo he entendido mal, la Realidad Aumentada nos permitirá estar disfrutando de los placeres del sexo con nuestra pareja habitual pero poniéndole la cara, por ejemplo, de nuestra vecinita del tercero, diez años más joven.

Y si la Realidad Virtual es divertida, y la Realidad Aumentada es la caña, ¿qué tal la Telepresencia Virtual? Esta nos permitirá interactuar a su vez con la misma vecinita, pero en un mundo virtual, con una presencia telemática y en un ambiente prediseñado. La pregunta definitiva es: ¿significará eso que estaremos engañando a nuestra pareja o no? Probablemente la respuesta a esta cuestión debería estar a la altura de la propia pregunta. Estaremos engañando a nuestra pareja ´virtualmente´, lo cual no deja de ser una ventaja comparada con engañarla de ´verdad de la verdadera´, con expresión prestada del ínclito expresidente Zapatero.