n este país todo el mundo entiende de todo. Principalmente, si uno está parapetado por una cerveza en la barra del bar de la esquina. Ser un experto es, después de la siesta, el deporte nacional. Fútbol y política son las dos asignaturas que más domina la población española. Si yo fuera presidente suele ser el comienzo de una diatriba consistente en arreglar los males que padece este país nuestro. Todos lo hemos arreglado (el país, digo) en nuestros ratos libres.

Ahora, también hay un tema del que todo el mundo tiene, no solo una opinión acertada, sino la gran respuesta que habrá de sanarla: la educación. Los maestros son esos encargados de enseñar a los hijos del vecino, poco más. Siendo maestro, uno ha oído de todo. Si mandas deberes, que es porque en clase no trabajas. Si no mandas, porque no quieres corregir. Si examinas, muy mal, porque agobias al alumno y lo sometes a una excesiva presión. Si no lo examinas, peor, porque no quieres corregir exámenes. Si haces actividades extraescolares (fiestas de Navidad, concursos por Halloween, Semana Cultural) se debe a que te sobra el tiempo. Si no haces nada, resulta que eres un gandul.

Según se mire el vaso está lleno o vacío. El maestro es ese vaso que ni trabaja ni deja de trabajar: todo depende de cómo lo ve la sociedad.

Por si sirve de algo, además de dar las clases, el maestro emplea su mente y su cuerpo en otras labores invisibles que no voy a nombrar.

Bueno, sí, ya que estoy: preparar las clases, diseñar las evaluaciones y materiales como fichas o trabajos extra. Programarse la semana, el curso, el trimestre. Atender la visita de padres, reunirse con los compañeros de Ciclo, de Área, de Tramo, de Claustro€ Crear un blog y subir fotos, vídeos y trabajos; corregir trabajos, libretas, exámenes. Además, asistir a cursos de formación, academias de idiomas, talleres, charlas informativas. Preparar actividades extraescolares: teatros, salidas o excursiones. Fiestas de fin de curso, graduaciones, fiesta de Navidad, Semana del Libro, Día de la Paz, Halloween. Poco más.

Para eso, además de conocer las materias que imparte, un docente debe saber manejar las nuevas tecnologías, la fotocopiadora, las tijeras, la plastificadora. Saber recortar, dibujar, pintar, hacer murales y carteles. Debe poseer conocimientos de psicología, mediación de conflictos, seguridad vial, dietética, enfermería, idiomas, literatura, ética, danza, coreografía, decoración€

En el vaso de agua está vacío y lleno a la vez, como el gato de Schrödinger. Espero que la sociedad algún día logre ver que sí que tiene agua.