Hemos llegado a tal punto que cuando está la tele encendida y oyes: «Un hombre mata a su pareja a la salida del trabajo», continúas con lo que estás haciendo sin sobresaltarte. Y esto es inadmisible. Desde diferentes ámbitos repiten que las mujeres denuncien y no consientan lo más mínimo a sus parejas. Me cuesta comprender qué se le pasa a una víctima de malos tratos por la cabeza para seguir con esa persona que a diario la trata mal y le causa daño psíquico o físico. Y mucho más aún, me cuesta entender cómo una mujer que ya ha denunciado a otras parejas y sabe lo que es la violencia en una casa, consienta que su actual pareja golpee a su hijo y acabe matándolo a cuchilladas. Y esto viene a cuento porque el lunes moría un niño de diez años a manos del novio de su madre. Una madre que había denunciado por malos tratos a sus parejas anteriores y que con la actual -el asesino del menor, que tenía cuatro antecedentes de denuncias por malos tratos a otras novias- no era capaz de evitar que le pegara a ella y al niño. ¿Por qué lo consintió? ¿Por qué no lo denunció? Está claro que el asesino es quien es, pero ¿ella hizo todo lo que estuvo en sus manos para evitar este final? Yo, lo siento, pero creo que no.