La realidad es puñetera, y a veces hasta te chafa una buena noticia. Lo pudo comprobar hace unos días el consejero de Turismo. La buena noticia era que un grupo de ochocientos turistas del ´imserso europeo´, procedente de Viena, aterrizaba en San Javier; y la mala, que hacía un día desapacible. Para colmo, las restricciones de Aena impidieron a las autoridades acceder a la pista de aterrizaje. Así que no hubo ni chorros de agua de recibimiento, como quería el consejero, ni saludos al pie del avión. Y la foto fue la que fue. La imagen de unos turistas caminando solos bajo un cielo gris, enfundados en chaquetones y despeinados por el viento. No será porque no tenemos aquí sol para dar y regalar, pero así de caprichosa es la meteorología.

Como pudo, el consejero improvisó un recibimiento en el hall, con pinta de asamblea universitaria. Una imagen que podría haber abierto algún telediario austriaco terminó convertida en un bumerán. Puestos a elegir, nos quedamos con los montajes publicitarios del recibimiento del turista un millón, allá por los años 60, siempre con ´una guapa señorita´ bajando las escalerillas del avión, que contaban con mejor planificación e infraestructura.

Pero para foto boomerang la del candidato del PP a la Comunidad con los scouts de Murcia: una impostura en toda regla. Unos mandos convocan a unos jóvenes exploradores para hacerse una foto de calendario y éstos se encuentran con un mitin del PP. La denuncia saltó a través de Twitter bajo el hastag #SoyScoutNoPolitico. Sin avisar y sin ningún pudor político, Pedro Antonio Sánchez y José Ballesta, candidatos del Partido Popular a la Comunidad autónoma y al ayuntamiento de Murcia, se dejan caer por el jardín en que se celebraba la reunión scout y se dirigen al grupo, según los denunciantes, en ´plan mitinero´, prometiéndoles incluso un futuro apoyo económico. Cuando las fronteras entre las instituciones y el partido gobernante se difuminan y ambos se confunden, cuando el Gobierno regional se pone al servicio una formación política, hay que empezar a hablar de ´régimen´ en lugar de democracia.

Tampoco tiene desperdicio la instantánea de Garre en la Junta Directiva Nacional del PP la semana pasada. Sentado en la bancada junto a Monago, Moreno y Feijóo, que charlan animadamente, el presidente se halla ausente y absorto, consciente de que políticamente ya pertenece a otro mundo. La legislatura sigue sumida en una agonía que empezó con su nacimiento. El jefe del Ejecutivo murciano vuelve a ser ninguneado por su partido y por el candidato, y la región, relegada a la irrelevancia.

En cuanto al PSRM, su foto bumerán es la que no existe. No contar con una fotografía donde se vea a la ´familia´ socialista ´unida´, estructurada en torno a un proyecto común, es lo que más daño le puede hacer en estos momentos al partido socialista de la región. En veinte años en la oposición, los socialistas murcianos no han tenido tiempo de cerrar antiguas heridas de división pero sí de abrir nuevas.

A José Antonio Pujante, por su parte, le sobra razón cuando posa con el último álbum de Mortadelo y Filemón, El Tesorero, para reivindicar la libertad de expresión y denunciar la censura en TVE. Su foto bumerán no es esa. Es más bien la de una IU que en diez años que lleva coordinando no ha terminado de configurarse sólidamente, pese a la crisis, en la región.

Y para terminar está Podemos, movimiento asambleario que nace en las plazas y calles de nuestras ciudades, y a cuyos dirigentes les gusta fotografiarse en la puerta de San Esteban, sede del Gobierno regional. Esta es, aquí, la puerta del cielo que quieren ´asaltar´. Una imagen demasiado institucional que desconcierta a algunos de sus miembros porque en cierto modo escenifica la vieja política.

Sea como sea, ¿quién no tiene en algún cajón de la memoria su foto boomerang? Esa imagen lanzada un día al viento, que ahora vuelve a su punto de partida, convertida en arma arrojadiza.