¿Quién dice que la de mercero no es una profesión de riesgo? ¡¡Cuánta responsabilidad!! Esta mañana, un cliente me pide cinta velcro. «¿Es de la buena o de los chinos?», me pregunta. «De la mejor», le respondo. Y entonces, me explica: «Es que practico el paracaidismo y, algunas veces, mi vida está en manos de la resistencia del velcro€ No me gustaría que, mientras caigo del avión, mi último recuerdo fuera para ti€». Se me han puesto los pelos de punta. Lo dicho, esta profesión no está pagada€; ahora pasaré unos días mirando con preocupación las páginas de sucesos de La Opinión.