El artista mayor de Podemos se quejó no hace mucho de que era una vergüenza que Televisión Española no lo hubiese entrevistado y, aunque el déficit continúa, anteanoche La 1 rotuló su imagen en el informativo nocturno con «Pablo Iglesias, secretario general del PSOE» y, horas más tarde, La 2 lo situó como «secretario general de Izquierda Unida». La verdad es que esta tele pública nuestra, bajo el auspicio de los actuales, no tiene término medio: igual te ignora que te entrega la izquierda entera. Claro que como el ínclito está que lo tira, ahora se quejará de que le han sustraído el centro.

A nosotros sí que nos están sustrayendo a diario desde no se sabe cuándo y qué poco nos quejamos. Por eso siguen. Discúlpenme que me ponga tontorrón por no decir imbécil, pero es que la fecha que marca hoy el calendario invita a los de unas cuantas quintas a removerse en la tumba. En noviembre de 2015 se cumplirán cuarenta años desde que nos dejó el que tuvo esto bajo su bota los cuarenta precedentes y, como está previsto que la efemérides del general congenie con las generales (dónde hemos llegado), no sabemos todavía cuántos funerales se conmemorarán.

Pero, cuando el otro día vieron al que no sale en la tele „¡será posible!„ cantar, y encima bien, Cuervo ingenuo con Krahe, los que han estado chupando del bote y dedicándose exclusivamente a maquinar para perpetuarse en el machito asesinando a quien hiciera falta por todos los recovecos, abrieron los cajones de la sede para revisar si tienen al día las facturas del Ocaso. Esta bandada en círculo de cuarentones, treinta y veinteañeros, que parecían salidos de tubos de ensayo, no dan puntada sin hilo y sus víctimas propiciatorias no saben hacia dónde tirar. Para unos ejercicios espirituales, quizá llegan tarde.