Quién de ustedes no ha visto alguna vez una escena cinematográfica o teatral en la que el mandamás policial de turno utiliza a dos de sus subordinados para que interpreten papeles distintos, y conseguir así el testimonio de un determinado sujeto que pueda desentrañar una investigación. Lo del poli bueno, poli malo. Les suena, ¿verdad? Es una estrategia que a veces da resultados, pero no es menos cierto que encubre un engaño.

Pues bien, la compañía de teatro del Partido Popular en la Región de Murcia, con su europeo director al frente, viene desarrollando durante toda la legislatura de gobierno de la derecha una estrategia similar con la llegada del AVE a nuestra Comunidad Autónoma.

Los protagonistas principales del vodevil son: el señor Valcárcel y el seño Garre, como 'los jefes; el señor Cámara como 'el poli bueno', con todo el riesgo que supone el uso de esta terminología en referencia al personaje; el señor Rajoy, en el impasible y frío personaje del 'poli malo', y por último, en el papel de actores secundarios, los incautos 'testigos', los ciudadanos de la Región.

Así es. Hace casi tres años que el PP gobierna en España, la legislatura está tocando a su fin, tres años en los que en la escena sólo se visualiza un hilo argumental que se corresponde con una gran estafa, un gran engaño a los intereses generales y un castigo muy duro a la Región de Murcia. Todo, perfectamente escenificado por los actores principales. Tres años en los que se viene perdiendo un tiempo precioso para terminar con el injusto tratamiento que hemos venido sufriendo en materia de infraestructuras ferroviarias en esta tierra; tres años en los que se han inventado estaciones provisionales, proyectos imposibles, se ha maltratado y mareado a los vecinos del Sur del municipio de Murcia y se han vulnerado los acuerdos institucionales más importantes. No ha faltado de nada en esta representación.

La excusa de la trama es la de siempre, la crisis económica, una cuestión que utilizan sin rubor, a conveniencia, a pesar de los ejemplos en diversos lugares de nuestro país en los que se están invirtiendo, a día de hoy, cuantiosos fondos públicos en AVE. Todo lo avanzado en el período socialista anterior, permitiendo que podamos afirmar que las obras están en su recta final, se ha frenado de forma drástica por el actual Gobierno de España, desde que 'el poli malo' gobierna con la complicidad de los 'jefes' y con el papelón del 'poli bueno' y sus concejales de gobierno, obligados por las circunstancias a ir a manifestaciones sin creer en ellas o realizar pronunciamientos públicos contra el Gobierno de su mismo signo ideológico, para completar su rol ficticio, un postureo que ya nadie cree en el lugar.

Pero como ocurre en algunas películas, siempre hay alguien que descubre la verdad; en este caso los ciudadanos, 'testigos' de la farsa, lo han hecho. El engaño está consumado, por desgracia. Finalizamos la legislatura, y si en recientes fechas dudé en este mismo diario de la realidad del compromiso con el soterramiento, hoy la duda trasciende ese compromiso de 2006, porque la cuestión es que mientras el PP regional completaba la farsa del 'poli bueno' y el 'poli malo', ahora podemos afirmar, como lo haría alguno de los ingenieros más solventes del entorno del Gobierno popular, que el AVE tampoco parará en la Región el año que viene, que Murcia, Cartagena, Lorca y nuestros vecinos almerienses tendrán que esperar, y ello, porque no hay ni ha habido nunca voluntad política de que así sea. Lo que sí hay, es una evidente desvergüenza para seguir manteniendo falsarias tensiones y mentiras arriesgadas. Es lamentable, pero cierto. Próxima parada: las elecciones.