La historia está llena de imputaciones que terminan en sentencias de inocencia o, lo que es lo mismo, miles y miles de personas han sido acusadas y luego absueltas de toda imputación. Antiguamente, tras ser acusadas, eran absueltas años después de ser quemadas en la hoguera o pasadas por el garrote; en el equivalente actual, sería la política o, mejor dicho, las oportunidades políticas.

El PVP de Jesucristo fue de treinta monedas de plata y el de Pedro Antonio Sánchez, aspirante a suceder a mi presi, de 47.821 euros, a justificar. Pues bien, esa es la cifra que separa a un buen candidato de conseguir el objetivo de presidir la región. Y no la cifra en sí, sino los papeles que justifiquen ese dinero.

Si después de diez años pidiesen a muchos de los que han comprado viviendas el justificante de todos los pagos y en especial el de las mejoras, pues va a ser que no están, posiblemente empezando por los bancos, que no tienen obligación de guardarlos tantos años y menos si han sufrido expolios y ventas.

La sucesión está complicada o no, según se mire. Si por 47.821 euros a los murcianos nos puede caer un buen presidente de la Comunidad, uno regular o, digamos, que otro menos bueno, aviados estamos.

Nada ha cambiado en la sucesión, ni un ápice, si Pedro Antonio demuestra que es inocente de manera rotunda y contundente; un servidor confía plenamente en que lo hará, primero al partido y a la opinión pública, y después a los juzgados, el orden es por la lentitud de la Justicia.

Pero si no llega a demostrarlo, cosa que dudo, si Juan Carlos Ruiz llegase a ser el candidato con más posibilidades, al igual que los jugadores de fútbol del Real Madrid y el Atlético de Madrid, Sergio Ramos y Diego Costa, que se mataban en el partido de la eterna rivalidad y ahora en la selección son uña y carne, deberá olvidar las rivalidades y las corrientes fluidas con este tema dentro del partido y hacer un llamamiento a la unidad demostrando que respeta el legitimo derecho de los ciudadanos a la libertad de expresión y elección de sus representantes. Nada de posteriores vendettas, que todo será poco para ayudar a superar la difícil situación económica de la región, después de ser investido con la corona presidencial.

Está claro que no es el mejor de los dos o de los tres, pero si lo eligiesen, todo el PP no tendría mas remedio que apoyarlo. Lo contrario sería un error, aunque el mayor error sea que Pedro Antonio no llegue a ser presidente.

Cuestión aparte es la que se rumorea de la vuelta de mi amigo Juan Bernal a los ruedos, lo que sería bueno si finalmente se descartase a Pedro Antonio. También se dice que el taciturno de Paco Celdrán podría ser el presidente de la Transición Murciana, lo que tampoco está mal, como no lo estaría si nombraran a Alberto Garre.

Bernal haría perfectamente la transición hasta las próximas elecciones, aunque hay alcaldes que tan solo lo apoyarían para que no fuese ´el otro´. Al pobre es que le ha tocado bailar con la fea en esta situación económica y sus recortes ni se comprenden ni se olvidan. Celdrán es tan respetado como no tenido en cuenta; no sería la mejor opción ni siquiera para una transición. Aunque su lealtad al presidente lo avale no tiene más experiencia que la de casa. Alberto Garre es el que mejores notas lleva en este examen. Es leal al presi hasta la muerte, se identifica con su política, tiene una enorme experiencia de muchos años para aportar. Es hombre equilibrado, de soluciones, y sabe manejar equipos de gobierno y, además, por sus cualidades personales, académicas e intelectuales, es el que mejor apuntalaría a Valcárcel como presidente del partido.

De una forma u otra, una vez se haya elegido, si no al mejor, al que quede o pueda ser, todo el PP deberá olvidar lo acontecido, dejarse de bandos y pandillas y volver a ser el partido político unido de todos estos años pasados o de lo contrario, todos a la oposición.

Me decía mi amigo y hermano Ángel Pardo que en política, primero la lealtad y luego no olvidar que los enemigos algún día pueden ser tus mejores aliados.

En fin, que cualquier solución puede ser buena si en ella va la fidelidad y lealtad hacia mi presi, pero Dios quiera que Pedro Antonio demuestre su inocencia por él, por su familia y por todos los murcianos. Sigue siendo la mejor opción, sin menosprecio de los demás, aunque, como me ha dicho un buen y entrañable amigo, «algunos no saben que hasta el rabo todo es toro». No sé si sirve de algo, pero un servidor confía en la honradez e inocencia de Pedro Antonio. Ojalá pueda demostrarla, para no acudir al tópico de que una imputación no es una condena, y menos por 47.821 euros de la compra de una vivienda familiar hace casi diez años. Madre mía, si miráramos para otros rincones€

Con este folletín, del que poco y mucho se puede decir... Oye, que no se me va de la cabeza la ridícula cantidad de 47.821 euros, por la que un buen político puede ver truncadas sus aspiraciones y la de muchos murcianos.

A mi padre, cuando le sale un número en su vida por algún giro del azar, lo busca sin descanso entre todos los números de los ciegos y se compra uno. Luego, tocará o no, pero esos días es el hombre más feliz de la tierra pensando en que la suerte ha llamado a su puerta. Papá, me han salido tus adeenes, y por si acaso la cosa entra por derecho „como los toros„ le he comprado a Juanico, el lotero de la ONCE, el número 47.821 para el sorteo de los nueve kilos de mañana, viernes.

¿Qué? Ah, pues no estaría mal que Pedro Antonio sea presidente y que nos toque ese 47.821. Dios te oiga, papá.