Cultivar „o soportar angélicamente„ mitos como si de realidades tangibles y próximas se trataran, conformarse mansamente con la vigencia de estructuras políticas y financieras que se definen democráticas sin que realmente puedan resistir el más elemental análisis político-progresista, someterse al dictado y los programas (que tantas veces son auténticas amenazas) de una burocracia de vocación doble, autoritaria y lacaya, no caracterizan a ninguna mente racional que deba considerarse producto genuino de la historia, ni en lo individual ni en lo colectivo. Renunciar, en suma y en concreto, al examen crítico de la Unión Europea en todos sus rasgos y dimensiones, y mirar para otro lado en momentos de drama y desesperanza como el presente, ni honra a los humanos reflexivos ni cuida el futuro que nos obliga. He aquí, en esqueleto, diez argumentos críticos contra la UE.

1. El ´mito de los orígenes´ de la UE, antes y después del Tratado de Roma (1957) es insostenible, por blandengue, ingenuo y acientífico. Los ´padres fundadores´ no fueron visionarios singulares ni dechado de generosidad, sino más bien un grupo de políticos de marcado sesgo burocrático y alta proclividad hacia los negocios, anticomunistas y filoamericanos, que manejaron con habilidad la profunda aversión de los europeos a las repetidas guerras en su suelo, el deseo de reconstrucción económica y la propaganda antisoviética.

2. El impulso, los intereses y la dirección norteamericanos son elementos sustanciales en el proceso de ´construcción europea´. Desde el Plan Marshall al reciente apoyo financiero norteamericano a los bancos de la eurozona, pasando por el estricto vínculo con la OTAN y el sometimiento vergonzante a sus exhibiciones de dominio „los repetidos casos de espionaje por la red Echelon o la NSA„, la imposición de controles „como en la red financiera Swift o los viajes a Estados Unidos„ y la clara vocación servil de sus dirigentes señalan que nunca se ha perseguido una verdadera independencia política.

3. Desde el Tratado llamado de Maastricht (1992) y la inflexible producción de normas pretendidamente ´constitucionales´ se han ido perfilando estructuras que imponen pérdidas políticas y éticas sin compensación, sujeción con dominación y dictadura de lo económico-liberal sobre lo político-social.

4. Se reconoce habitualmente el carácter escasamente democrático de las instituciones políticas comunitarias: los órganos económico-financieros campan por sus respetos y los políticos „Comisión e incluso Consejo Europeo„ no responden a procesos en los que el voto ciudadano pueda reconocerse. Especialmente desolador resulta el Parlamento Europeo, que no reúne las condiciones democráticas del más imperfecto de los parlamentos de los países miembros y que, dada la intención liberal-autoritaria de la UE, nunca las conseguirá.

5. La UE, de bases y objetivos mercantilistas, ni cree en el medio ambiente o la cultura ni pretende protegerlos como corresponde a valores esenciales para todos los pueblos y territorios: las políticas con ellos relacionados son instrumentales en su ideología y su vocación comercial-crematística. Son muchos todavía, entre ecologistas e intelectuales, quienes se dejan obnubilar por acciones comunitarias que simulan reconocer la importancia soberana e innegociable de lo ecológico y lo cultural, quizás porque les resulta más fácil y llevadera la credulidad, o porque sufren las despolíticas nacionales y las contemplan sin esperanza.

6. En el fondo, la UE no refleja mucho más que un proceso de expansión comercial ventajista, y esto se refleja en la maraña legislativa, los objetivos y condiciones de las sucesivas ampliaciones y en el trato desigual „y sonrojante„ hacia diversas áreas del mundo subdesarrollado.

7. El euro surgió como una creación funesta, más política que monetaria, más perversa que imprudente. Clave de diferenciación y dominación, sus pretensiones resultan actualmente ominosas y su vigencia, la condena para la Europa subordinada (en la que España se dejó incluir alegre y confiadamente).

8. El Banco Central Europeo viene desempeñando el complejo „aunque diáfano„ papel de verdugo, tirano y siervo, convirtiendo sus limitaciones derivadas de la falta de unión política o fiscal, en instrumento de fortalecimiento de bancos y Gobiernos del núcleo central, dirigente y segregador. La opresión financiera „prohibición de los bancos centrales nacionales de financiar el déficit, minimización de lo público y libertad absoluta al dinero„ es el resultado de ese ideario neoliberal que desde la década de 1970 incrementa la pobreza, las diferencias y la regresión.

9. Alemania es el gran beneficiario en la UE desde su reunificación, lo que ha consolidado con el diktat sobre el euro y, más todavía, con su férrea dirección en la marcha de la crisis, consistente en que se reconozca su predominio general, en garantizar la solvencia de sus bancos en tanto en cuanto acreedores, en someter estructuralmente a los países mediterráneos y, a fin de cuentas, en garantizar su ventaja en productividad manteniendo los salarios de sus trabajadores en niveles humillantes e imponiendo a las economías más debilitadas por la crisis un itinerario indefinido de sacrificios, diferencias sociales abismales e impotencia político-financiera. (Se diría que se desliza hacia una próxima guerra, de contornos político-económicos, y esto conviene ir previéndolo.)

10. La crisis se está ´resolviendo´ de la peor manera posible para las clases laboriosas que creyeron en las conquistas y los derechos irreversibles (por los que, muchos, lucharon y sufrieron). Y está transformando Europa y el mundo en una extensiva dictadura de bancos y especuladores, que afinan y actualizan sus métodos y recursos para crear crisis y salir de ellas reforzados.