Será llamado Emmanuel, que quiere decir ´Dios con nosotros´. Se hizo hombre porque nos quiere, y nos ha hecho su familia. Nuestra vida se llena de sentido. Tratarle, conocerle y amarle, se hace más fácil cuando vemos a Jesús Niño en los brazos de su Madre, la Virgen María, bajo la atenta mirada de San José. Nochebuena, Navidad. «Después de la Encarnación hay un rostro del hombre en el que es posible ver a Dios». Y habitó entre nosotros. Contemplar el Nacimiento comienza por recuperar al niño que fuimos, y luego, dirigir nuestra mirada limpia, clara y sencilla, hacia el Portal. Mejor, si nos situamos muy, muy cerca, como una figurica más, y revivimos el Misterio con alma, corazón y vida. A lo mejor, como suele ocurrir, cuando nos disponemos a poner el Belén en casa, estamos algo rotos o estropeados por las mil circunstancias que nos rodean. No importa, porque siempre, siempre, podemos acudir a alguien que nos ayude a restaurar nuestra vida, incluso a darle un nuevo brillo y color; al fin y al cabo, somos obra maestra de Dios. «El Evangelio nos invita siempre a correr el riesgo del encuentro con el rostro del otro, con su presencia física que interpela, con su dolor y sus reclamos, con su alegría que contagia en un constante cuerpo a cuerpo. La verdadera fe en el Hijo de Dios hecho carne es inseparable del don de sí, de la pertenencia a la comunidad, del servicio, de la reconciliación con la carne de los otros. El Hijo de Dios, en su encarnación, nos invitó a la revolución de la ternura» (La alegría del Evangelio. S.S.Francisco). Vivir la Navidad es como volver a querer ´querer´. Llueva, nieve o haga frío, vamos a recuperar el calor del hogar por excelencia. «María es la que sabe transformar una cueva de animales en la casa de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura» (Papa Francisco). Son días para avivar la fe y arrinconar la indiferencia y enemistad. Días de familia y amigos, donde todos nos empeñamos en querernos de verdad y disfrutar juntos, pasando por alto cuanto desune. Compartir la alegría del Misterio gozoso de La Navidad. Las calles y plazas de pueblos y ciudades, se inundan de un bullir de gente que desea felicidad a los demás. El cielo se adorna con más estrellas en Nochebuena. Cantamos villancicos muy cerca del Portal. El mundo sueña despierto porque es Navidad. Feliz año 2014, que estrenamos en unas horas.