El lenguaje de algunos gobernantes de la derecha pareciera dirigido a analfabetos funcionales políticos en lo que debiera ser la comunicación entre quien manda y el pueblo soberano. Recuerden, por ejemplo, aquellas frases de "son los presupuestos más sociales de la historia de la democracia española", o "no hay rebaja de sueldo a los funcionarios, hay un retraimiento de la paga", o aquella otra: "Cinco presupuestos he elaborado y cinco he cuadrado" (dixit Montoro). Y otras muchas, también inauditas: "El número de alumnos por clase no aumenta, se flexibiliza" (Wert), o "las mujeres se ven sometidas en muchas ocasiones a una violencia de género estructural por el mero hecho del embarazo" (Gallardón), o esta otra de Esperancita Aguirre: "Estoy encontrando partidas maravillosas para recortar".

Gracias a mi amigo Cristóbal he conocido un novísimo decreto que explica la promoción de una vejez activa. Resulta chocante que ahora se llame envejecimiento activo a jubilarse más tarde. Vamos, que al guardia que dirige el tráfico al sol de cuarenta o más grados en verano, pues ahora le van a dejar unos años más de sol para que se ponga morenito. Se trata del uso de un eufemismo baratero con intento de tomadura de pelo: "Medidas para favorecer la vida laboral de los trabajadores mayores de edad para promover el envejecimiento activo" (BOE de 11 de abril).

Hace unos días el inefable contable del Gobierno, Montoro (el que dijo aquello de "no subimos los impuestos, es un cambio de ponderación"), en ese tonillo paternalista-doctrinario nos comunicaba que no debemos preocuparnos porque no tiene ninguna importancia que un día el déficit suba medio punto porque al día siguiente puede bajar ese medio, que lo importante es que el año que viene se anclará el déficit y vendrá el crecimiento. Y en esto llega el portavoz de economía del PP en el Congreso, el murciano Pujalte, a echar una manita y nos avisa sobre los desahucios: "Algunas personas que firmaron una hipoteca para comprar una vivienda sabían el riesgo que asumían en ese momento". Y añade: "Sin embargo, ahora quieren beneficiarse de la dación en pago para poder comprarse otro piso". Y no contento con el tirón de orejas de Eurostat, la agencia estadística europea, al tapadillo del déficit gubernativo, ha contestado que "hay mil criterios para contabilizar las cuentas públicas". Hombre, Vicente, mil criteriosÉ Puede ser que eso sirva para las cuentas de algún partido, pero las del EstadoÉ

Y es que todo esto viene de hace tiempo, me refiero a estas maneras de tratarnos como tontos del bote. Yo diría que desde los tiempos de la aparición de Cañete (que daba tanto juego, como diría mi amigo Paco Vidal), aquel ministro que ahora se ducha con agua fría y que quiere que sigamos el ejemplo para ahorrar agua, porque mientras se calientaÉ Y como no le basta, pues nos añade que él se toma los yogures caducados. ¿Y las latas de sardinas también, Cañete?, pregunto. ¿O eso lo tiramos como el espinazo, en las recomendaciones de aquella ministra malagueña, la Villalobos? Y es que Cañete sabe cómo se alimentan y viven en algunos países africanos -eso dice-. Pero un poco de miedo sí que me da que siga con ese referente geopolítico.

El BOE y los recados políticos en los telediarios están llenos de locuciones adversativas que, sin intención inicial, finalmente son como el hacha en letra impresa. Y no sólo por la pérdida de derechos, sino porque los del PP lo hacen creyendo que estamos todo el año en el día de los inocentes. Y luego el factor humorístico, del que es dueño Rajoy, que es el líder del efecto sorpresa ya convertido en costumbre hispana. Y es que con la broma pues que parece que se sufre menos.

Ahora, la ministra Báñez reformará las pensiones basándose en expertos del sector bancario (otra vez la banca). Y es que esta señora es rara, pues también tiene la idea de que los emigrantes españoles se van al extranjero por "movilidad exterior". Frase recurrente que tiene su hipotexto en aquella de Fraga, cuando era ministro de Franco y afirmaba que los emigrantes se iban porque "los españoles, ya desde Colón, tienen espíritu de aventura".

Y luego, los daños colaterales: Endesa ha iniciado un ERE, y, en el mismo acto que lo anuncia, añade que no estemos preocupados, que se reducirán jornadas y se echarán a la calle a 3.500 trabajadores, pero que "el año que viene va a llegar el crecimiento, pero un crecimiento vertiginoso". Se puede observar que estas adversativas no están nada claras. Lo que sí es diáfano es que la Justicia no es para todos igual. ¿Lo es tanto para el que roba comida para sus hijos como para quien roba la comida de nuestros hijos? (póngase aquí bancos, tesoreros políticos, altos cargos incentivados o condes empalmados, porque como dice Dolores de Cospedal, "somos el partido de los trabajadores"). Y aprendamos con Montoro que "España se levantará sola, porque es un gran país, señorías. Y este año será, por fin, el último de la crisis".