En lo político, Murcia no es una región, no es una comunidad autónoma, sino un enorme patio de vecinos donde todo se acaba sabiendo antes o después ¿no es así, querido Pepe? Y ha llegado a mis oídos una noticia de calado que me hace comprender mucho mejor algunos detalles de los últimos días. Ahora entiendo que mi rival en esta página lleve días como ausente, como pensando en otra cosa; ahora entiendo que no aguante ni dos minutos sin echar mano del móvil, aunque esté con los amigos y la cerveza navideña en la mano. Y, sobre todo, ahora me imagino de qué se habló en esa cena de la otra noche en La Torre de La Horadada. Sí, señores: mi querido y valcarceliano vecino de página, el inefable Mondéjar, azote de concejales y consejeros, ha recibido una invitación más que formal -en alguna de las cenas navideñas de alto nivel donde se cuece más de lo que imaginamos- para convertirse en vicepresidente adjunto y acompañar al presidente Valcárcel en su progresiva despedida, en una maniobra que probablemente sirva a éste para alejar candidatos empalagosos y garantizarse un poco de paz en el adiós y, a mi vecino, para colocarse en la parrilla de salida con una inesperada pole position para la carrera hacia la presidencia, nada menos.

Qué ganas tengo de tirarte de las orejas, jodío, cómo nos cambia el talante cuando olemos carne fresca, porque no me irás a negar que el sillón apetece, compañero. Con lo que tú has sido y ahora vas y te pasas al lado oscuro dejándome solo en la lucha contra el crimen. Tú, que eras el superhéroe justiciero repartiendo estopa desde estas páginas, y me dejas más solo que la una patrullando por los tejados de la región. Y todo para pasarte al otro lado, afrancesado más que afrancesado, que me está dando hasta miedo criticarte demasiado ahora, no vaya a ser que se te ponga cara de moneda de cinco duros y me canees desde tu nuevo despacho. Sabía yo que Valcárcel acabaría agradeciendo tus peloteriles servicios algun día; o quizá, por qué no, ha acabado viendo las virtudes del que dice la puñetera verdad públicamente, tan harto como debe estar el pobre de tanto pelota y tanto estratega a su alrededor haciéndose sitio durante años. Vosotros sabréis, en esas cenas.

Mondéjar presidenciable, no sé si cortarme las venas o dejármelas largas. Me pregunto dónde quedan tus reflexiones sobre el aeropuerto de Corvera, cómo analizarás ahora el corredor mediterráneo, o cómo departirás con tus amiguitos consejeros más criticados vistiendo la misma camiseta, que ya te vale, vecino, que yo te he visto y oído decir cada cosita que me estoy haciendo un archivo que me va a servir para escribir artículos y dibujar viñetas sabrosas hasta el fin del mundo, digan lo que digan los mayas. Aunque, vayamos por partes, a lo mejor no todo va a ser malo y tenemos que felicitarte y hasta felicitarnos porque, las cosas como son, quizá no sea tan malo tener a un candidato como tú camino a la presidencia. Vista la gestión que realiza el actual equipo, no va venir mal alguien que ha sido tan crítico, pero que parte con el mismo adn político, tú eres lo mismo que ellos pero sin haber perdido la noción de la realidad de la calle, que es el principal problema de los políticos. A lo mejor no está mal que el sistema de salud murciano se refresque con lo que aporte un presidente que conoce el mundo de la salud como pocos, aunque miedo me da que dejes en mantilla el repago y te inventes hasta el recontrapago sanitario, Pepe, que nos conocemos. Y la gestión económica de tu mandato me da pánico al imaginarla en manos de un abertzale liberal como eres tú, pero puede que se vea beneficiada por la intervención de un gobernante que sepa lo que es no dormir por las noches haciendo números y sudando frío por el vil metal. Vamos, un político que sepa lo que es manejar presupuestos y dineros con la responsabilidad que da el saber lo que cuesta ganarlos. Eso hay que reconocerlo, contigo no hay riesgo de faraonismo autonómico.

Lo que me tiene en ascuas son las fotos. Sí, me relamo al pensar en las fotos que de ahora en adelante tendremos que tragarnos del amigo Mondéjar al ladito de su mestro Jedi, lord Valcárcel; las fotos del par de besos con su Pili, que ya sé que la relación ha mejorado una barbaridad desde que se sabe la buena nueva; o la foto dándose el morrete con Mariano-Mariano, ésa no me la pierdo. Y en San Esteban te recibirán con palmas y hojas de olivo, pero siempre que vayas de la manita de papá, no lo olvides nunca. En fin, Pepe, que sí, que te veo en el papel y te felicito. No sé si por peloteo temeroso o porque, en el fondo, te aprecio un poquito. Pero, enhorabuena.