Pasada la huelga general, la situación seguirá como el día anterior a la misma: el Gobierno esperará al momento más oportuno para solicitar el rescate, mientras aplica los recortes necesarios para cumplir con el déficit, este año y los venideros. Porque, ¿qué otras opciones cabrían? Haberlas, haylas (como ha explicado el think tank Carnegie Endowment for Internacional Peace); pero van de la (casi) imposibilidad a aquello del remedio y la enfermedad.

Hay quien cree que se puede convencer a Alemania€ para que deje de serlo: que olvide su vocación exportadora y genere déficit comercial, a partir de una subida de impuestos y una expansión del gasto. Pero es poco probable que Merkel se ponga en contra de su clientela (jubilados e inversores de vocación ahorradora) para salvar a los endeudados países periféricos de la eurozona.

Otra opción sería abandonar el euro (aún minoritaria, pero que puede crecer si el bipartidismo se hunde y aumentan las opciones extremas, como en Grecia). Evidentemente, se produciría una devaluación de la nueva moneda, lo que permitiría ganar competitividad a nuestros productos. El problema radicaría en cómo pagar las deudas, con una neopeseta devaluada y habida cuenta de que dejarían de financiarnos externamente durante algún tiempo.

Así que, de momento, proseguirá la vía actual: devaluación interna (vía salarios), con años de elevado desempleo. Algunos keynesianos contrarios a la austeridad ya reconocen progresos en los países rescatados (descenso en los costes de financiación, reducción de déficits primarios, mejora de la balanza por cuenta corriente, bajada de los costes laborales) y hablan de ´alargar el calendario´ en lugar de negarse a cumplir con los ajustes.

No deben ver clara la vía populista de impago de la deuda y salida de la moneda única.

Todavía.

CÓMO LO VEN

Divididos sobre Grecia. Financial Times desvelaba las crecientes divisiones entre el FMI, por un lado y las autoridades de la eurozona, por el otro, a la hora de resolver el problema de la deuda en Grecia. Mientras el organismo con sede en Washington defendía una reestructuración de la deuda helena, los Gobiernos europeos (con Alemania a la cabeza) se mostraban partidarios de conceder dos años más a las autoridades griegas para reducir su déficit público.

Alemania se ´preocupa´ por Francia. Les Echos resaltaba la preocupación de las autoridades alemanas ante el estancamiento y la falta de cambios estructurales en la economía francesa. Mientras el paro galo dobla el alemán (10.8% frente al 5.4%) hay algo aún más alarmante: Alemania ha comprendido que el período actual es una mutación histórica de importantes proporciones y se ha dotado de medios para enfrentarse a ella; en cambio, Hollande y compañía creen que todo irá a mejor «cuando cambie el ciclo económico», allá por 2014.

CÓMO NOS VEN

Huelgas poco eficaces. Reuters señalaba que, pese al relativo éxito de los paros generales convocados por los sindicatos en España o Portugal, gobiernos como el de Mariano Rajoy no mostraban ninguna intención de cambiar las políticas de austeridad impulsadas desde Berlín. Así, se resaltaban las declaraciones del ministro de Economía, Luis de Guindos, en el sentido de que el Gobierno iba a mantener el rumbo en su política de recortes del gasto público, para lograr los objetivos de déficit.

El drama de los desahucios. The New York Times destacaba en un reportaje (nuevamente, con fotografías en blanco y negro) la gravedad del problema de los desahucios en España. Ello ha llevado a las autoridades y a los bancos a adoptar medidas de urgencia (como paralizar dichos desahucios en caso extremos durante dos años). El diario relata que, en muchos casos, los procesos se llevan en silencio pero, en otros, hay choques entre plataformas hipotecarias y familias afectadas frente a agentes judiciales y bancarios.

QUÉ SE CUECE

Financial Times se mueve. Mientras thewallblog.com anunciaba que Financial Times se preparaba para convertirse, básicamente, en un producto móvil digital a partir de 2016, The Daily Telegraph apuntaba al inicio de conversaciones entre Pearson (editora del rotativo financiero británico) y Thomson Reuters para crear una sociedad que gestione el periódico de la City (aunque, eso sí, tratando de mantener la independencia editorial).

La credibilidad perdida de la BBC. 233grados.com señalaba la pérdida de credibilidad que está afrontando la cadena pública británica BBC, tras la dimisión de su director general (nombrado dos meses antes) a raíz de un polémico reportaje sobre abusos de menores en Gales (donde se implicaba, erróneamente, a un político conservador vinculado a los Gobiernos de Margaret Thatcher). La ausencia de rigor al elaborar este trabajo periodístico ha sumido a la cadena en una profunda crisis de confianza.