No tiene sentido que el segundo hallazgo arqueológico más importante de España y uno de los más importantes de Europa, la Sima de las Palomas del Cabezo Gordo, en Torre Pacheco, pase totalmente desapercibido en nuestra tierra. Y que esta gran joya sea una gran desconocida para la mayor parte de los murcianos. Es todo lo absurdo que se quiera, y pasará cuanto de inadvertido pasa, pero se pueden explicar los porqueses.

Nuestra comunidad no se distingue precisamente por ser culta. Ni en su forma (sus gentes) ni en su fondo (sus administradores). Más bien somos culturetas de cohete y alharaca, de refajo y morcilla. Y más, mucho más, de apariencia que de esencia.

Atapuerca, nuestro más próximo - y único - ejemplo, tiene una subvención para el próximo año de 24 millones de euros. Nuestra Sima ha sido limosneada durante los dos últimos años con un total de 314.000 euros. Mucho menos que lo que cuesta financiar la fiesta de exaltación de una ya inexistente huerta, por mal ejemplo con mala leche. Comparen las diferencias. Y no me vale que lleven tres lustros por delante, que quince años no es nada como canta el tango, y que allí se excave 365 días al año por un par de semanas o tres aquí, y que tengan 250.000 visitantes anuales, mientras que lo nuestro son cuatro gatos mal contados en un solo día y algún ladrón que otro que viene a ver qué cae. No, oiga. Es que lo uno es el resultado de lo otro, a ver si me entiende... Es la ley de las causas y los efectos.

Y es la diferencia que hay entre el interés y la desidia, entre el mimo y el abandono, entre el sentirse orgulloso de un patrimonio científico e histórico y sentirse pasota de todo lo que no sea patrioterismo de baja estofa.

En Francia, cualquier cueva con restos tiene su museo de interpretación arqueológica, y que en España, sólo Atapuerca lo tiene. En pocos lugares de Europa existe la cronología del homo de neanderthal como en el Cabezo Gordo, y en pocos del mundo los indicios de ritual funerario y enterramiento neanderthalensis como en la Sima de las Palomas. Pero aquí seguimos pariendo proyectos museísticos palenteológicos - ya van dos en el tiempo - que al final no quedan en nada, y suma y sigue verde que te quiero verde y verde limón..

Las autoridades culturales de esta Región, qué cultura doña Pura, tendrán que demostrar que defienden el significado del nombre que ostentan. Que conocen y aprecian lo que es la cultura con mayúsculas. Y que saben diferenciar el folklore del conocimiento. Nada me gustaría más, de verdad que sí...

miguel@settgrp.es