Yo me veo con mucha fuerza para seguir", decía el Presidente Varcárcel en declaraciones a este diario el 11-10-09. Pensaba, ingenuo de mí, que para seguir después de 16 años en San Esteban, el que aspira a su quinto mandato habría de contar, además de salud, con otras muchas cosas. Cuando esperaba oír "con muchas ideas y proyectos que no he podido desarrollar en estos años", "cuento con la ilusión de acometer grandes y extraordinarias medidas en la agricultura del campo murciano tanto en secano como en regadío y a la vez buscar mejor la comercialización de los ricos productos de nuestra tierra, que después de tanta traca, con la falta de agua, cuando están para cosechar, se desperdician". Dícese de la fruta temprana, del albaricoque y del melocotón, almendra, tomate y hasta el limón, siempre en la incertidumbre de la venta adecuada pese a su alta calidad. Pensaba que iba anunciar que vendrían nuevos tiempos para la ganadería murciana donde ni al cerdo se le ha dado la seguridad que precisa para contar por una apuesta decidida de los ganaderos. Que se iban a abordar los problemas de la pesca y la acuicultura. Que se iban a lanzar a apoyar la investigación en tan amplios campos que esperan, para abrir nuevos horizontes en la explotación de productos del monte, en la explotación racional de canteras y acuíferos, en agricultura, ganadería y pesca ecológica, en conservación de alimentos, en depuración, en industrias del reciclaje. En serio, claro. Y solucionar (por enumerar algunos), problemas no resueltos como la de los residuos, purines, alpechines y desechos de queserías que permita subsistir a los que trabajan y se desviven por la cría del cerdo, en las almazaras o en la fabricación del queso, para que puedan hacerlo tranquilos.

Creía que anunciaría que, de aquí en adelante, ya no se hablaría de fraude fiscal porque se aplicaría un plan riguroso para erradicarlo. Igual con la economía sumergida. pese a quien pese y aunque se perdiera votos.

Pensaba que, después de tantos años tan mal aprovechados, nos volcaríamos en la formación profesional, en la formación permanente de trabajadores y de adultos. En generalizar el dominio de la informática en su población, con efectividad y sin propaganda vacua. En verdad que, en mi pensamiento, no llegaba a pedirle que encabezara una pacífica, pero firme, revolución cultural que abra caminos a la población a ese mundo diferente, con otros objetivos ya nuevos que no sean, con ligeras variantes, los de "fútbol y toros". Porque un pueblo atrasado, desinformado, desinteresado habla mal de un gobernante que quiere perpetuarse.

Que tras riguroso examen de conciencia y bebido nuevos pensamientos o medioambientales, iba a desechar, por improcedentes, proyectos faraónicos tales como el de Marina de COPE, porque nuestro desarrollo sostenible no ha de ser de boquilla.

Como de nada novedoso habla, Sr., Presidente, pese a que me alegro sinceramente de su muchísima fuerza, que le deseo mantenga durante muchos años, no veo que sea bastante para aspirar a un quinto mandato. Y le digo más: Si fuera mi hermano no se lo aconsejaría.