Este lunes, 11, se cumplen 20 años de los atentados de Madrid, por lo que Disney+ acaba de estrenar 'Nos vemos en otra vida', serie que se centra en la trama asturiana. Al frente estaba José Emilio Suárez Trashorras, al que da vida el solvente actor catalán Pol López, intérprete de teatro ('El curiós incident del gos a mitjanit ', 'Hamlet'), cine ('Suro', 'El sustituto') y series ('Matar al padre', 'Vergüenza'). Manuel Jabois, el autor del libro 'Nos vemos en esta vida o en la otra', en el que se basa la serie, ha dicho que el trabajo de López "es impresionante". "Está de premio", asegura. Para el actor el premio ya ha sido participar en una ficción "con un rigor y una función social" como esta.

-Sorprende su acento asturiano. ¿Cómo lo ha logrado?

-Con el ‘coach’y un filólogo que nos ayudaba para darle un deje a las cosas. Además, en el equipo había asturianos. Roberto Gutiérrez, que interpreta al Baby, es de Oviedo, con lo que le pedí audios de colegas suyos. Y vi vídeos. Quería una cosa que no fuera muy cantada, sino más medida. Algunos de los actores usaban vocablos profundos. Mi personaje, al ser un tío más de rollo urbano, al sentirse más importante y de negocios, hablaba sin que pareciera de pueblo o cerrado.

-¿Qué recuerdos tiene de aquel 11-M?

-Yo estaba en casa de mis padres. Recuerdo verlo en el televisor y mucho desconcierto, mucha tristeza y mucha paranoia después.

-¿Era necesaria una serie como esta?

-Son heridas que está bien revisarlas. Sobre todo para que no queden desdibujadas. La serie tiene el equilibrio justo, ya que da el contexto, pero no justifica. Ves de dónde salen las cosas y genera memoria. Y dice que es lo que realmente sucedió. Si se hace con respeto y dignidad, que es como se ha hecho, y se ve cómo lo viven las víctimas, que son lo primero que se tiene que tener en cuenta, la labor social de la serie se cumple.

"La serie tiene el equilibrio justo, ya que da el contexto, pero no justifica"

-Vemos que el chico es hijo de un delincuente y Trashorras, esquizofrénico.

-No va por ahí. No lo pensaría como un justificante ni una explicación.

-¿Se centra más en su falta de moral?

-Tampoco piensan lo que hacen. A Emilio, una de las cuestiones que le definen, y así aparecía en el guion y en la historia de Jabois, es que es un personaje de película, muy atractivo. Cómo dice esto y luego esto otro. Pero lo que tenía eran ganas de sentir que estaba haciendo algo sin pensar si estaba bien o mal. Que estaba interviniendo. Que lo que yo hago tiene consecuencias. Pero, claro, lo que no veía es que esas consecuencias era el peor atentado que hubo en suelo europeo.

-¿Por el guion, y que estuvieran al frente los hermanos Sánchez Cabezudo, ya supo que era un proyecto serio?

-Mientras hacía la prueba para el papel ya estaba viendo trabajos de los directores y qué mirada tenían. Y cuando contrasté qué íbamos a hacer, cómo era la adaptación, vi que había un rigor y una intención social de una calidad y una meticulosidad que me hizo querer forma parte de esto. Pero al principio tenía muchísimas dudas. Es muy delicado este tema, pero ellos tienen las capacidades, el gusto y la mirada social y comprometida. Son la gente que debe hacer este tipo de trabajos.

-Han hecho ‘Crematorio’, ‘La zona’... ¿Cree que aquí también se reproduce esa atmósfera inquietante?

-Sin duda. Yo 'Crematorio' no la he visto. Pero tienen ese interés de mostrar el tejido social y de dónde vienen las cosas, la complejidad de donde surgen. Siempre hay esa crudeza y, sea el relato que sea, siempre le buscan la parte más inquietante.

-Incluso los momentos familiares del chico con la madre te producen...

-Desazón. Es interesante el personaje de la madre, porque como espectador estás buscando un vínculo emocional para poder empatizar con alguien. Y en momentos lo logras con la madre y en otros, no. Te pone en medio, que son los lugares interesantes, fértiles, que te hacen pensar.

-¿Se documentó sobre Trashorras?

-Muy poco. Solo vi fragmentos de una entrevista de 'El Mundo', sus declaraciones en el macrojuicio y fotografías. Pero con el guion y el libro ya tenía muchísima información para, incluso, tener cierta libertad. El estar bien escrito te da una riqueza de lugares por dónde ir y te deja espacio para rellenar esos vacíos del personaje que no sabes por qué actúa así. Los caminos de la lógica tienes que hacértelos tú, porque es un puro misterio cómo actúa de esta manera y luego de otra. Y qué bien rellenarlo. Pero, claro, tuve mucho trabajo.

-¿Sabe si desde prisión ha sabido de la serie y si se ha quejado?

-Ni idea. Sé que le mandó una carta a Jabois diciéndole que todo lo que salía en el libro era verdad. Aunque ahora a lo mejor lo puede negar.

-La parte que muestra cómo cargan los explosivos en la mina pone la piel de gallina.

-Y la del supermercado, cuando están pasando las mochilas. Aparte es larga. El sonido de los artículos al pasar uno a uno... Ese momento está muy bien.

-Gran trabajo el del joven actor Roberto Gutiérrez.

-Para Roberto es su primera cosa. Y lo defiende muy bien. Quisiera haberme visto yo así en el primer trabajo. Además, trabajó como nadie he visto trabajar. Era admirable su aguante, su resistencia y su voluntad.

-No es la primera vez que da vida a un enfermo mental. En 'El curiós incident...' y en 'Cites' era autista. ¿Se documenta?

-En el caso de Emilio Trashorras no pensé que eso le determinara. Pensaba en la toma de decisiones en su propio beneficio y en cambios de carácter, de humor..., pero nada más. En cambio, en ‘Cites’ sí que investigué. Y en 'El curiós...' pude estar cerca de chicos y sus familias. Quería ser fiel al hecho de vivir el autismo. 

-Esos personajes que no son comunes, ¿los busca o le buscan?

-Las dos cosas (ríe). Pero también me gusta la gente corriente. Poder dar voz y encarnar a personajes con cosas que me interesan. Y vivirlas, estudiarlas, pensarlas...

-Pero no se ve, por ejemplo, en 'Machos Alfa', ¿cierto?

-'A priori' no me veo para nada. Pero me interesan todo tipo de personajes.

'A priori' no me veo para nada en 'Machos Alfa'. Pero me interesan todo tipo de personajes"

-'Vergüenza', 'Matar al padre... ¿Contento con su trayectoria en las series?.

-Me encantan. Son productos que consumirían tranquilamente. 'Vergüenza' es muy graciosa. Aunque crea un rechazo y tienes que parar de vez en cuando. A veces dices: por favor esto ya no tiene nada que ver con la risa.

-Aunque donde se siente como pez en el agua es en el teatro.

-Es como mi trabajo principal y me encanta. Ahora estoy con 'Macbeth', en el papel de Macduff, gozándolo muchísimo.

-También pinta y escribe. ¿Lo utiliza como herramientas para construir sus papeles?

-Siempre se encuentra algo. Las asociaciones en cada proyecto son absolutamente libres. Esa es la gracia

-¿Llega a obsesionarse o solo está más receptivo?

-Sin querer, estás más atento. Pero sin ser demasiado invasivo.