Mañana, 1 de noviembre, es un día señalado en el calendario que lleva la tradición en su carácter. Se celebra el Día de Todos los Santos, en torno al cual existen múltiples costumbres, una de ellas culinaria. Una cita ineludible que reúne a la familia y sirve como excusa para degustar algunas delicias de la gastronomía local.

En la Región de Murcia, los dulces son la cara más conocida de esta festividad. Los platos típicos por el Día de Todos los Santos en Murcia son los buñuelos de viento, los huesos de santo y el arrope y el calabazate. También es costumbre comer en estos días, si contamos además el 31 de octubre (Halloween), alimentos propios del otoño como membrillo, boniatos, castañas y calabazas.

En otros puntos de España es tradición disfrutar de los panellets, las gachas dulces, los pestiños y las rosquillas fritas.

En la Comunidad, los buñuelos de viento son uno de los postres tradicionales. Para hacerlos solo se necesita harina, agua tibia, levadura, sal, aceite de oliva y azúcar. Para elaborarlos, primero se debe mezclar en un bol con un poco de agua tibia sal y un puñado de levadura. Una vez que esté bien integrado, añadir la harina y amasar. Se tapa la masa y se deja reposar entre 15 o 20 minutos para que la levadura haga su efecto y suba. Es importante que la masa quede más blanda que dura. Después, en una sartén calentada previamente y con abundante aceite, echar pedazos de esa masa haciendo un agujero en medio. Una vez los buñuelos estén fritos y dorados, se retiran de la sartén y se escurren en papel absorbente, para retirar el exceso de aceite. Por último, se rebozan en azúcar y se sirven.

Los tradicionales Huesos de Santo es otro de los dulces típicos que se degusta el Día de Todos los en toda España, incluida la Región. Aunque este dulce se encuentra extendido por casi toda la geografía, hay comunidades donde se incorporan dulces propios similares, como los panellets, en la zona de Cataluña, y los huesos de san Expedito, por la zona sur de España, todos con la almendra y el mazapán como protagonista.

Se trata de un postre elaborado con mazapán, de color blanco y forma alargada y cilíndrica, originalmente rellenos de dulce de yema. Su nombre viene por la forma en la que se preparan, alargada y cilíndrica, que recuerda a un hueso con su tuétano.

Por último, el 1 de noviembre también se degusta en muchas casas el arrope y calabazate, un dulce de la gastronomía murciana que consiste en un plato frío de higos hervidos al cual se añade el calabazote o calabazate, que es una mezcla de membrillos, melón y boniatos tratados con cal y partidos en trozos. Su dulzor, característica definitoria, procede de los higos, pues no lleva azúcar añadido.

Este dulce artesano conlleva un laborioso proceso de elaboración mediante una confitura de elaboración tradicional a partir de higos, mosto de uva, calabaza y otras frutas. Es costumbre encontrarlo en el mercadillo de ‘Todos los Santos’ en la plaza de San Pedro de Murcia.