Alvalada por numerosos premios literarios y menciones honoríficas, la obra poética de Antonio Praena (Purullena, Granada, 1973), viene a completar con el reciente Actos de amor (Raspabook. Murcia, 2017) una trayectoria de inconfundible sello, original y de señalado humanismo.

¿Qué es y en qué consiste el motivo de fondo de este poemario, bello e intenso, traspasado por el desgarro provocado entre lo meramente humano y lo divino como permanente amparo? Eso precisamente: la fragilidad del corazón humano frente al sostenimiento de la fe. La carne y el espíritu: el templo del alma, que es el cuerpo; el alma que ama al cuerpo, y el cuerpo que ya no rechaza al alma€

Abrimos Actos de amor por el poema Mi vida según Bacon, y sentimos que somos arrastrados por un ventarrón bíblico: «A principios de junio / de 1973, / justo en los días de mi nacimiento. / Bacon termina el tríptico en que un hombre / escupe, caga, piensa y se contempla / sobre unos vanos negros que, / según la grabación de la audioguía, / pretende ser memoria de la muerte. // Quizá a las mismas horas en que Bacon, / en su estudio sucio a las afueras / de Londres más borracho y escabroso / firmaba su retrato de lo humano, / en un perdido pueblo de Granada / llagaba a la existencia un niño pobre. / Y ahora mismo / -14 de febrero, 2009, / sala de exposiciones temporal- / se encuentran aquel hombre que ya nunca / podrá escupir, pensar y contemplarse / sobre ventanas negras, y este niño, / que, gracias a que Bacon la ha pintado, / contempla su otra vida y no la extraña» (págs. 39-40).

En este poema de Antonio Praena encontramos los méritos necesarios para que pueda ser incluido en la mejor antología de poesía mundial contemporánea; por originalidad y profundidad. En la complejidad del pintor inglés, Francis Bacon (existencial, somática€) se filtra el hálito de piedad o compasión por la miseria del hombre; la voluntad de la criatura humana por comprender que ese viento al que se hacía mención, se aplaca para acoger a la oveja descarriada.

Antonio Praena, doctor en Teología y profesor de Dogmática y de Estética en la Facultad de Teología de Valencia, es autor de los siguientes libros de poesía: Humo verde, Poemas para mi hermana y Yo he deseado ser grúa muchas veces. Actos de amor fue Premio José Hierro 2011 y, ahora, en su segunda edición, con prólogo de Luis Antonio de Villena, vuelve a la actualidad. Ciertamente, como señala el prestigioso poeta y crítico literario, «Antonio Praena es un poeta maduro de su generación (uno de los mayores de la última activa) tan abundante y madura. Y esa madurez (creo) comienza en este Actos de amor, libro claro, desasosegado y calmo en busca de todos los rincones del amor, a las criaturas y a Dios, que por ser buen amor ha de volverse indefectiblemente divino€».

Impresionante portada a cargo de Joaquín Puga para este libro. Impresionantes poemas; algunos, breves, que nos hieren profundamente: «No pasaré de nuevo por la vida, / lo sé, / así que dejo la palabra / por amor» (Para ser sincero, pág. 87).

Actos de amor no es un libro más de poemas. Su autor, Antonio Praena, planea, vuela a veces bajo y roza y acaricia la belleza del mundo que necesita y ama, para transformarlo en poesía. Más, sobre todo, logra remontar su vuelo, también por amar la belleza de las cosas efímeras€ En un hermoso libro que siempre me acompaña desde mi adolescencia allá donde vaya, se cita un poema antiguo, anónimo, que consta como Escrito por una monja dominicana; y para Antonio quiero traer aquí algunos de sus versos, agradeciéndole su Actos de amor, su verdad, su valentía.

Dice así la desconocida mística e hija de Santo Domingo: «He aquí el halcón de Dios, en alto vuelo, / bajo el techo ventoso de los cielos, / adonde todas las aves de presa se levantan, / con grácil vuelo y límpida mirada, / ante los ángeles complacidos y sonrientes. / Ah pájaro de Dios, / ¿cuál será vuestra presa en adelante?». (Margaret Trouncer, The Nun, La monja, 1961, pág. 285).