Una amiga le dijo a Sara Varon (Chicago, 1971) que solo sabía escribir historias felices, así que cuando pensó en ‘Robot dreams’, su primer cómic, ya tenía "la intención de que tuviera un final poco feliz", admitía hace unos años en la prensa estadounidense esta ilustradora y autora de libros infantiles. Aquella conmovedora y aplaudida historia para todas las edades, protagonizada por un perro que compra un robot por catálogo y con el que inicia una amistad, la publicó en 2007 en su país, aunque no llegó a España hasta 2022, de la mano de Norma Editorial, en su sello infantil Astronave. Ahora se ha colado en la carrera hacia los Oscar, donde opta a Mejor película de animación, gracias a la adaptación dirigida por el cineasta bilbaíno Pablo Berger (‘Blancanieves’, ‘Torrremolinos 73’). 

Doble página de 'Robot dreams'.

Sara Varon

El cómic, que en su momento incluso recomendó la influyente Oprah Winfrey, habla de la pérdida y cómo superarla, de la amistad, del perdón y la reconciliación. Aunque no le faltan notas de humor, en su día, algunos padres encontraban demasiado triste para sus hijos que el perro y el robot perdieran el contacto después de que fueran juntos a la playa y el agua de mar jugara una mala pasada a las piezas de metal con las que está fabricado el androide. Cuando lo empezó, Varon sabía que "los personajes no volverían a estar juntos, aunque no tenía idea de cómo terminaría", y lo tenía claro: "Las mascotas mueren. Los amigos siguen adelante. Esas cosas pasan". 

‘Robot dreams’, tanto el cómic como la película, es muda, una historia sin palabras. Varon, graduada en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York y que hasta entonces solo había hecho ilustración, pensó en ella mientras paseaba a su perro por las calles de Nueva York y mientras buscaba una idea para la antología de historias cortas sobre robots que preparaba un amigo. Al final no colaboró en ella, pero aquel primer relato breve, de ocho páginas, creció (por consejo de una agente) hasta sumar 12 capítulos, uno por cada mes del año, en los que el perro y el robot afrontan su vida separados. Mientras el primero le añora pero busca nuevos amigos, el segundo, anclado en la arena de la playa, sueña con su amistad perdida.  

Doble página de 'Robot dreams'.

Sara Varon

Asume Varon que es "bastante mala" dibujando personas, le salen "feas". Y esa es la principal razón de que tanto los personajes de ‘Robot dreams’ como los de la mayoría que pueblan sus otros libros sean animales o cosas antropomórficas (desde un pastelito a una berenjena o una gallina). Hay otro motivo. Para ella, "los personajes no humanos son más identificables" y no tiene que preocuparse por su raza, sexo o edad. Además, elegir un perro para ‘Robot dreams’ tenía sentido, según la dibujante, porque es un animal fiel en una historia sobre amistad.    

Página de 'Robot dreams'.

Sara Varon

Influenciada de niña por Barrio Sésamo, los dibujos animados de Jay Ward y los libros de Richard Scarry, y de adulta por William Steig (‘Shrek!’), a Varon le gusta el cómic frente al libro ilustrado, porque le ofrecía la posibilidad de "crear un mundo entero", en el que puede incorporar detalles adicionales, historias paralelas y personajes secundarios que "son muy divertidos". 

Según ‘The New York Times’, autora de "narraciones entrañables y poco comunes", Varon llamó la atención del editor Mark Siegel, de First Second Books, sello de cómic de Macmillan, que no dudó en apostar por ‘Robot dreams’. No fue al único al que cautivó. Tanto entusiasmó esta historia muda a Pablo Berger que el cineasta se embarcó en el mundo de la animación con la bendición de la ilustradora. Tras cosechar reconocimientos en los festivales de Sitges, Annecy o Philadelpia y ganar el Premio del Cine Europeo al mejor largometraje de animación, el Forqué, tres Feroz y dos Goya, la próxima madrugada del domingo al lunes se desvelará si se corona con el Oscar.