Alberto Núñez Feijóo sigue con su gira de reuniones empresariales en Cataluña tras su paso por el País Vasco, donde este jueves culminó una intensa agenda en la que busca escenificar buena sintonía con los empresarios de ambas comunidades y recabar apoyos a su alternativa económica. Lo hace en un momento de especial debilidad para el Gobierno en lo económico, con el dato de inflación de junio superando los dos dígitos y a la espera de que el Congreso convalide el nuevo decreto de medidas anticrisis para aliviar el aumento del coste de la vida. Y también en una semana en la que el PP se ha visto fuera de foco con la celebración de la cumbre de la OTAN en Madrid que en Moncloa ven como un claro refuerzo a Pedro Sánchez.

El cónclave de la Alianza Atlántica, reconocen fuentes populares, ha supuesto un espaldarazo total a la ‘marca España’ sin que se haya producido ningún altercado en la ciudad y con dos reuniones en el Palacio Real y el Museo del Prado que han dado la vuelta al mundo. Incluso Feijóo no tuvo reparos en reconocer el mérito al presidente: “Quiero felicitar al Gobierno de Sánchez por la imagen positiva que ha dado el país en la organización de esta cumbre”, aseveró. 

El primer partido de la oposición se ha quedado fuera de todos los actos, también los organizados por el Ejecutivo. En realidad, a las reuniones solo han asistido jefes de Estado y de Gobierno. Pero estas jornadas han servido para reforzar la imagen exterior de Sánchez, concediendo entrevistas y ruedas de prensa en inglés, y exhibiendo sintonía con la plana mayor de dirigentes mundiales, incluida una comparecencia conjunta con Joe Biden al lado. La situación ha evidenciado justamente la que hasta el momento es la mayor debilidad de Feijóo: su escaso perfil internacional.

El líder del PP tiene una menor proyección en ese ámbito y aún no ha tenido una agenda exterior propia más allá de las reuniones del PP europeo. Su debut se produjo en la ciudad holandesa de Rotterdam el 1 de junio, precisamente en el congreso de la familia conservadora. Aprovechó para agendar una intensa jornada de reuniones bilaterales, que superaron la decena. Y la satisfacción se hizo notar en un momento en el que el PP europeo mira con muchas expectativas las opciones que todas las encuestas dibujan para Feijóo en las próximas generales.

La semana pasada viajó a Bruselas al encuentro que mantuvieron los democristianos previo al Consejo Europeo con muchos asuntos económicos encima de la mesa. Los temas eran precisamente 'el fuerte' de Feijóo, que además llegaba a la capital comunitaria en plena resaca de las elecciones andaluzas. Los principales líderes populares le recibieron con especial interés por ese motivo. 

Como reconocen veteranos populares con experiencia en Europa, no hay nada que ayude más a fomentar la simpatía entre socios que la posibilidad de ganar unas elecciones, algo que revierte directamente en el poder que tienen los populares europeos. Y, por eso, la acogida a Feijóo está siendo positiva. Pero en el partido también son conscientes del hándicap que enfrenta su presidente. Primero, porque no habla inglés, el idioma que los dirigentes con poder en Bruselas utilizan en sus relaciones diarias.

Que Esteban González Pons tenga un papel determinante en la dirección tiene mucho que ver con eso. El eurodiputado y vicesecretario de Política Institucional en la nueva cúpula del PP (su cartera, en realidad, acoge muchas funciones cruciales) no es casual. Feijóo quiere cerca a una de las personas de su máxima confianza y que, además, tiene una trayectoria amplísima en lo internacional. 

González Pons ha acompañado a Feijóo en las dos visitas europeas y es el encargado de introducir al líder en los círculos bruselenses, además de explicar al resto de líderes las posibilidades del gallego. Pero en Rotterdam, durante las bilaterales, la presencia de una traductora también fue continua. Gabriel Mato, también eurodiputado y muy cercano a González Pons, entró en la nueva estructura del PP como responsable de Asuntos Exteriores.

"No es la prioridad"

En Génova reconocen que la agenda internacional no es en este momento “la prioridad”. Feijóo lleva apenas tres meses en el cargo de presidente y está dedicando sus esfuerzos a asuntos más domésticos y a centrarse “en lo que de verdad importa a los ciudadanos”. A pesar de que sí hay un esfuerzo por tener presencia e ir ganando peso en Europa, los populares no están especialmente interesados en jugar la batalla exterior antes de consolidar la interior.

Afirman que el presidente del partido irá aumentando su agenda y acudirá a las reuniones del PPE, pero consideran que lo prioritario es aportar soluciones a los problemas actuales y bajar “a los debates que están de verdad en el día a día”.

Feijóo tiene claro que su oposición debe ser meramente económica y la apuesta no se saldrá de ese camino. El encuentro con empresarios en dos comunidades gobernadas por los socios de Pedro Sánchez en mitad de los fuertes nubarrones busca precisamente reforzarse como proyecto alternativo. En su equipo lo repiten sin parar: “¿En qué recetas económicas confían más los empresarios, en las de Sánchez o en las de Feijóo?”. Por eso, aunque la felicitación por la organización fue explícita, en el PP consideran que la próxima semana se retomará la agenda nacional y la inflación como plato fuerte.