Así ha sido la Romería de la Fuensanta: la 'Morenica' ya descansa en su santuario

Llega la Virgen de la Fuensanta a su Santuario. 

Suenan las campanas, y la casa de La Morenica está a rebosar de fieles. 

Antes de entrar, se despide de todos aquellos que la han acompañado en todo el recorrido. 

Una emocionada multitud se despide. Ha llegado la Virgen a las minutos antes de las 15.00 horas

Continúa la subida de la Virgen al Santuario por el tramo de las siete cuestas, arropada por miles de fieles que la han acompañado en esta Romería, mientras otros tantos la esperan en lo alto, contemplando la subida de la cuesta más difícil del recorrido. Mientras, las campanas del Santuario repican ensordecedoras.

Queda poco para el tramo de la siete cuestas, ya parte del Santuario de la Fuensanta. Solo los caballeros de la Real Hermandad de la Fuensanta pueden cargar a la Virgen en esta parte del camino, por la dificultad del recorrido y los riesgos que ello entraña. Un momento de exaltación y fervor entre los fieles, que aplauden a la Morenica.

Decenas de tiendas dispuestas para aprovechar la ingente cantidad de fieles que suben hasta el Santuario, con productos de todo tipo.

Los vecinos de Algezares reciben con euforia la llegada de la Fuensanta. Le dedican vivas, cánticos y rezos en cada parada en la que le arrojan pétalos.

Con calzado o descalzos. Son cientos de personas las que han escogido recorrer el retorno al Santuario de la Virgen sin zapatillas. Los motivos son muchos: peticiones a la Virgen "agradecimiento", "promesas", o "simplemente devoción".

En el centro de Algezares, en un balcón, puede verse a la Reina de la Huerta, Andrea Sánchez Barceló, y la reina infantil África Peñalver Lozano, arrojando pétalos a La Morenica.

Quien ha acompañado a la Fuensanta ha sido José Ballesta, alcalde de Murcia. A la altura de la entrada de Algezares, el primer edil, acompañado del Concejal Delegado de Planificación Urbanística, Huerta y Medio Ambiente Antonio Navarro Corchón, se ha parado para conversar con el ex rector José Antonio Cobacho.

Los bares colindantes con el recorrido de la Romería, disfrutan de la ocasión y ven sus terrazas llenas de clientes, que gozan de ver pasar a la Virgen. Desde Cafetería Digital, se oye gritar un "¡viva la madre de Dios!".

Llegan a Algezares. Los miles de fieles ya vislumbran el final del camino, y continúan animosamente el tramo final, acompañando a La Morenica.

Alberto, penitente peregrino y aspirante a franciscano, no recuerda ya cuántos años recorre el camino con la Virgen descalzo. Se declara un devoto consagrado, y este año acompaña a La Morenica con los pies desnudos por una promesa que le ha hecho a su madre.

Jesús Daniel acaba de ser padre y presenta por primera vez a su hijo de apenas un mes, Lucas, ante la Virgen, a la que le imploran por su protección y guía.

Suenan las campanas de la parroquia de Nuestra Señora de la Esperanza al paso de la Fuensanta por la avenida del Progreso. El calor aprieta, pero los fieles han sabido prever la situación, y llevan paraguas a modo de sombrillas. El repiqueteo de las campanas es atronador. "Viva La Virgen del Progreso", se puede oír en las calles.

Dos hermanas acompañan a su padre para ver el paso de la Fuensanta. Se resguardan del sol en la sombra de un árbol, ya que la temperatura va en aumento. "Hoy no llega a tiempo al Santuario", lamenta una de ellas. Otra mujer contempla desde la ventana de su casa el trasiego de la calle alrededor de La Morenica.

Llueven pétalos sobre La Morenica, entre gritos de "Viva la Virgen" y aplausos.

"¡Guapa, guapa!", petardos, cánticos y alabanzas se pueden oír por el Barrio del Progreso con el paso de La Virgen. Padres elevan a sus hijos para mantenerlos cerca de La Morenica.

La marea de personas se extiende cientos de metros por delante y detrás de la Virgen de la Fuensanta y el grueso de la marcha se dirige hacia la pedanía de Algezares, pasando por el Barrio del Progreso. El clima continúa acompañando en el largo recorrido hasta el Santuario. Este año no llueve, pero el sol comienza a apretar y la gente, desde primeras horas de la mañana, continúa haciendo uso de abanicos, gorras y sombreros.