La Opinión de Murcia

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Fiestas de Primavera

Explosión de emoción en el Bando de la Huerta tras dos años de pandemia

Cientos de familias se agolpan en los jardines de Murcia para celebrar las Fiestas de Primavera

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Bando de la Huerta: ambiente por las calles de Murcia y en la Plaza de Toros

Tras dos años de ataduras debido al Covid, este 2022 el Bando de la Huerta volvió a las calles de Murcia. Un Bando que se está viviendo con especial ilusión y que ha hecho olvidar los dos años de pandemia que le preceden. Miles de personas abarrotaron las calles, plazas y parques más céntricas de la ciudad, la gran mayoría de ellas sin mascarilla ni ataduras. Algunos decidieron pasar el día en familia, comiendo al aire libre, otros, sobre todo los más jóvenes, de fiesta con los amigos y bebiendo por las calles, aunque eso sí, de forma más contenida y controlada que en años anteriores.

El Jardín de la Seda fue uno de los principales puntos de reunión de familias. Fue por ejemplo el caso de Angélica, murciana de 33 años,  que acudió con los suyos. Abuelos, tíos, primos y nietos, en total unas 20 personas,  fueron a disfrutar del buen ambiente que se respiraba en el parque y todos lo hicieron vestidos de huertanos.  "Teníamos muchas ganas de un día así, ya que somos muy familiares y llevábamos mucho tiempo sin reunirnos como Dios manda por culpa de la pandemia", aseguró Angélica, que después iría con sus niños a ver el desfile.  

Isabel, que también fue a la Seda, se reunió con otras madres del colegio al que van sus hijos, el Jesús María. Mientras los niños jugaban por el parque, ataviados con el traje de huertano, los mayores se divertían tomando un aperitivo. “Por seguridad hemos decidido venir a pasar el día al aire libre y con distancia. De hecho llevamos cuatro días buscando el sitio idóneo, en cuanto a espacio y sombra”, destacó. Isabel tuvo que hacerle el traje "deprisa y corriendo” a su hija, “ya que en los últimos dos años de pandemia creció mucho",  añadió. Isabel también dio gracias “por el buen tiempo” que hacía pese a los pronósticos de lluvia. “Hemos venido a darlo todo y ya por la tarde bajaremos el alcohol”, dijo entre risas.

Algunas familias, deseosas de ocupar los mejores lugares, llegaron al parque incluso de madrugada. Tal fue el caso de Verónica, “de la zona de la Seda de toda la vida”, que acudió con su pareja, sus primos y demás familiares. “Somos de culo inquieto, por lo que a las 4.30 de la madrugada ya estaba mi tío sentado en la mesa”, afirmó. “Decidimos venir aquí al ser un sitio más familiar, con menos jóvenes haciendo botellón”, añadió. “Teníamos ganas de reunirnos toda la familia, ya que el año pasado tuvimos que reducir círculos por culpa de la pandemia”, declaró. Su hija Martina el año pasado se vistió de huertano, “por comodidad” y este año de huertana, por elección propia. Su otra pequeña, Lola, de tres años, verá este año “por primera vez” el desfile del Bando.

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Bando de la Huerta 2022: este es el ambiente por las calles de Murcia Israel Sánchez

El Jardín de la Pólvora también se ha caracterizado por su ambiente familiar, este año con escasa o nula presencia de jóvenes. Noel, de 6 años, que fue a tomar algo con sus padres y abuelos en la terraza de un bar del parque, contaba con ternura y emoción que “tenía muchas ganas de celebrar el Bando” ya que “por culpa del virus” no había podido,  y de vestir  “el traje de huertano”, que usa “desde que era un bebé”. También estaba deseando “pasar el día con sus primos y abuelos”.

Antonio, que vino desde Los Urrutias, pero que es natural de Murcia, también fue a la Pólvora a pasar el día con amigos y familiares, “como es tradición”. Antonio lucía con orgullo el traje de huertano de su padre, con 50 años de historia entre sus telas. “Hace años había más gente la Pólvora, este 2022 está más controlado, ya que los jóvenes se dirigen hacia otras zonas, como la Fama o la Fica. Se agradece porque a nosotros nos gusta la tranquilidad y esto favorece también a que, en caso de accidente, las ambulancias puedan circular mejor por la calles al no estar tan masificadas ”, subrayó.   

La Plaza de las Flores también estaba abarrotada, como es costumbre. Rocío, que se encontraba tomando algo con sus hermanas y unos amigos, vestía un bonito y detallado traje, hecho a mano por su madre e inspirado en el siglo XIX. Adornado con un refajo de seda y un corpiño a color, “algo que no suelen llevar los trajes típicos que lleva la mayoría de la gente”, destacó. “El traje tiene ya diez años y con el paso del tiempo le vamos añadiendo nuevos retoques, como lazos, puntillas más caras, etc. Tenía muchas ganas de lucirlo de nuevo”, añadió. A Rocío la acompañaban su hermana Andrea y su cuñado, Taras, ucraniano que lleva 21 años afincado en Murcia y que celebra el Bando desde hace 15. También les acompañaba Gladiator, un galgo que permanecía tranquilo pese a la muchedumbre y el ruido. 

Al grupo lo acompañaba Daryna, refugiada ucraniana de 22 años que se aloja desde hace poco más de un mes en casa de Andrea y que lucía, con una sonrisa de oreja a oreja, un bonito vestido de huertana que le había prestado. Taras, que está en la asociación de ucranianos de la Región, fue el encargado de gestionarlo. Daryna, procedente de Kiev, declaró en perfecto español que había aprendido en la universidad, que “estaba encantada de estar en Murcia”, con lo que ella considera ya “una segunda familia”. Respecto al Bando, era la primera vez que veía algo así y dijo “gustarle mucho la costumbre y los vestidos”.

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