Los trenes que circulan desde Murcia hacia otros puntos de la Región y fuera de la Comunidad Autónoma siguen manteniendo el tipo pese a las vicisitudes que han vivido a lo largo de los últimos dos años por los trabajos que se llevan realizando para la llegada del AVE (en primer lugar) y después por las obras del soterramiento. Así se desprende de los datos que recoge Renfe en el informe que compara el número de viajeros entre los años 2017 y 2018.

Según este documento, al que ha tenido acceso esta Redacción, a lo largo del año 2018 se redujo el flujo de viajeros de tren en la Región de Murcia en 17.000 personas con respecto al año anterior, una cifra que a simple vista es cuantiosa, pero que solo supone un descenso del 0,5 por ciento del total. A lo largo del pasado año usaron el servicio de Renfe 3.539.000 de pasajeros frente a los 3.556.000 del 2017, por lo que el ferrocarril no se ha visto muy perjudicado a pesar de los continuos cortes de la vía y obras para la llegada del tren de Alta Velocidad a Murcia.

El servicio en el tramo afectado se ha seguido prestando con normalidad a través de autobuses cada vez que ha tenido que cortarse el tráfico de trenes, aunque la incomodidad de hacer transbordos puede haber disuadido a muchos viajeros con origen o destino en la capital murciana a utilizar el tren. Además, hay que recordar que a lo largo del año pasado el servicio se interrumpió incluso más de lo previsto por las movilizaciones ciudadanas que se llevaron a cabo para exigir el soterramiento de las vías, que supusieron más cortes y que también pudieron hacer que se desechara el Cercanías como medio preferente de transporte esos días.

Por otro lado, en Madrid se produjo un incremento del 5,7 por ciento y en Bilbao fue del 3,8 por ciento; en Barcelona, Valencia y Sevilla las subidas rondaron el 2 por ciento. También en Málaga se utilizó el tren un 1,3 por ciento más, y en Cádiz -con cifras de viajeros menores que las de Alicante- aumentó un 0,8 por ciento.

La única lectura positiva que puede hacerse de los datos es que la citada pérdida de un 0,5 por ciento de viajeros es un alivio si se compara con años anteriores: entre 2012 y 2017, los cercanías de Alicante y Murcia perdieron un millón de viajeros. El grueso de movimientos se corresponde con la línea C-1, que une ambas ciudades y que pasa, entre otros puntos, por Elche, Callosa de Segura y Orihuela.

Según datos facilitados por un portavoz de Renfe de la zona de Levante, el núcleo registró el año pasado una media de 11.000 viajeros en un día laborable, de los cuales 7.200 correspondieron a la citada línea principal, lo que supone un ligero descenso de unos 200 billetes menos que suponen un 3 por ciento del total. El resto se repartieron entre la C-2, de Murcia a Lorca y Águilas que sumó 100 viajeros más de media y se quedó con 3.200, y la C-3, entre Alicante y San Vicente del Raspeig con unos 600 pasajeros al día aproximadamente.

De esta forma, la línea C-1, al ser la más utilizada, es la principal causa de que el resultado final de viajeros no haya podido remontar los resultados negativos de años anteriores, aunque el portavoz de Renfe para la zona de Levante afirma que en cuanto se solucionen las obras que afectan al rendimiento de los trenes se conseguirá elevar el número de usuarios hasta niveles de años anteriores: ''A la finalización de esas obras, se normalizará la situación, habrá más circulación y se regularán las cifras''.