En el año 1785 y gracias a la influencia del Conde de Floridablanca se construyó el Pantano de Puentes según una real orden que se publicó el día 11 de febrero de aquel año. Como paso previo se realizaron unos estudios a cargo de los ingenieros Juan Villanueva y Gerónimo Martínez de Lara. Se encargó el trabajo de obras al arquitecto Martínez Manrique de Lorca y la Comisaría Regia de aguas y de puertos de Águilas al entonces consejero de hacienda Antonio Robles. Hubo problemas al inicio de las obras pues, estas, fueron paralizadas por los ingenieros de Cartagena si bien, los problemas, fueron solucionados y siguieron adelante con la construcción del embalse. Las primeras aguas del pantano lorquino se estancaron en agosto de 1788 y a finales de ese año estaba en condiciones de represar las aguas de las lluvias. Era una construcción extraordinaria para la época en que se realizó. Según consta en los archivos, estas eran sus medidas cuando comenzó a utilizarse: «149 varas en la línea frontal. 64 del ángulo de la derecha y 126 en el de la izquierda. Una altura que supera las 60 varas. Se han invertido en su construcción 579.000 pies cúbicos de sillería y cerca de 23 millones y medio de pies cúbicos de mampostería. Se pueden embalsar entre 70 y 75 millones de varas cúbicas de agua. Para regular su desagüe, además de las necesarias compuertas, tiene 20 ventanas en tres órdenes de colocación con sus postigos levadizos». Este pantano, por desgracia, fue noticia, trágica noticia, el día 2 de abril de 1802 cuando se rompió la presa y produjo una catástrofe de proporciones extraordinarias. Se contabilizaron más de ochocientos muertos y las pérdidas materiales se estimaron en veinticuatro millones de reales de la época.