"Ella me dijo: ¿me vas a ayudar a matarlo? Y yo sólo le contesté que llevara a su marido al sitio". De este modo, Salvador H.C. ha incriminado esta mañana a la que fue su amante en el asesinato de su marido en el juicio con jurado popular que se sigue en la Audiencia Provincial de Murcia.

De esta forma, Salvador H. C. ha echado por tierra la declaaración que hiciera ayer la otra acusada del crimen, Fabiola B.M., la mujer de 26 años y natural de Bolivia, procesada también por asesinato, aseguró ayer en la primera sesión de la vista oral, que ella no planeó con su pareja, Salvador H.C, acabar con la vida de su marido, Ángel N. Sí admitió que fue Salvador quien, con un cuchillo, le cortó el cuello a su marido, pero manifestó que «no sé lo que se le metió en la cabeza a este muchacho».

La acusada, que se enfrenta a 20 años de prisión, explicó que se casó «enamorada y muy ilusionada», pero que, una vez que tuvo lugar la segunda boda (la pareja se casó una primera vez en el Consulado de Bolivia), en el año 2012, la relación empeoró y comenzó a ser víctima de humillaciones, «una tras otra», y maltrato físico e insultos. Fabiola relató ante el jurado que su marido la insultaba y le decía «eres una basura que no vales para nada, fuera de mi casa».

Aun así, la acusada continúo viviendo en el domicilio conyugal, pero conoció a Salvador, que se enfrenta a 17 años de cárcel por asesinato, a través de una red social. Asimismo, aseguró que su marido era asiduo a los servicios de prostitutas e, incluso, la obligó a presenciar estas relaciones en alguna ocasión, y también la forzaba a ella para mantener relaciones sexuales, «porque yo no quería acostarme con él». Fabiola destacó que su conciencia no la deja tranquila.

«Me mata la conciencia porque me duele, no me deja tranquila porque vi morir a esa persona y yo no quería matarlo». De hecho, aseguró que solo recuerda que «había mucha sangre, todavía la huelo», a la vez que confesó que tanto en prisión como antes de ingresar en la misma intentó quitarse la vida varias veces porque «no podía vivir» con la situación y en alguna ocasión fue consumidora de alcohol, cocaína y heroína «para ver si nos tirábamos por la ventana del hotel» después de cometer presuntamente el crimen. Preguntada por el fiscal, Fabiola aseguró que quien propuso mantener una conversación con su marido fue Salvador, quien también eligió el lugar -un paraje aislado en Puente Tocinos-. «Salvador me dijo que lo llevara allí para hablar, para decirle que no me pegara más». Igualmente, destacó que nunca denunció los malos tratos porque tenía miedo, «porque a las mujeres nunca nos creen».

Tras uno de los episodios de malos tratos, Fabiola acudió al domicilio de Salvador porque «estaba cansada de que me obligara a mantener relaciones con él; entonces nos fuimos a por drogas para relajarnos y nos metimos rayas y bebimos alcohol». Una vez que Fabiola llegó al descampado con su marido para hablar, avisó mediante un WhatsApp a Salvador de que ya habían llegado. Asimismo, según la declaración de la acusada, su marido la obligó a realizarle una felación y, cuando terminó, Salvador apareció por la parte trasera del coche, donde se encontraba la víctima, y con un cuchillo de grandes dimensiones lo degolló. «Yo le dije que parara y él me contestó que, si lo hacía, mi marido lo mataría a él», añadió. Posteriormente, los procesados fueron a comprar droga y sacaron dinero con la tarjeta de la víctima. Esa noche estuvieron en casa de Salvador y al día siguiente la llevó de nuevo a su domicilio. Después de varios días y consumir en varias ocasiones droga y alcohol, fueron detenidos en el hotel donde se alojaban.

Los abogados defensores insistieron en que los procesados no urdieron un plan; un extremo que mantiene el fiscal, que resaltó cómo Fabiola, días después de la muerte de su marido, acudió a recoger el coche de la víctima y a cobrar «la pensión y el seguro». El abogado de Salvador recordó que éste confesó los hechos y puso de manifiesto «el trastorno de personalidad de tipo inmaduro en grado moderado que padece, además de un trastorno mental por el consumo de la cocaína y el alcohol». El juicio continuará hoy con el interrogatorio a Salvador y a otros testigos. Los familiares de la víctima destacaron que Ángel N. «era una persona normal».