Los constantes robos de metal se han convertido en motivo de preocupación y de atención preferente por parte de la Policía, que trata de seguir el rastro a los ladrones, poniendo también cerco a las chatarrerías en las que se compra este material. De hecho, el Cuerpo Nacional de Policía en Murcia tiene destinados a 25 agentes para esta tarea, que incluye controles y visitas rutinarias a las chatarrerías. No obstante, según apunta el portavoz de la Policía Nacional en Murcia, Javier de Pedro, «no es fácil dar con los ladrones, pues hay que sorprenderlos ´in fraganti´ robando o vendiendo el material». Los agentes murcianos actúan de manera coordinada con los de provincias limítrofes, «para atajar un problema que ya se daba antes de la crisis, pues había bandas organizadas con fines lucrativos que se dedicaban a ello», indica De Pedro, quien recuerda que estos actos son considerados hurtos sin violencia y ni siquiera son delitos sino faltas si lo robado no alcanza los 400 euros al ser vendido como chatarra.