Hace ahora un año, dos cisnes paseaban por las aguas del jardín del Salitre como una auténtica pareja de enamorados. Eran una auténtica atracción para los cientos de mayores y niños que diariamente acuden a este jardín. Pero todo acabó de forma trágica cuando unos vándalos asaltaron el lago y mataron a uno de los cisnes. Fue hallado muerto al día siguiente. Los vecinos contemplaron atónitos como el otro cisne quedaba sumido en una gran tristeza. «Dejó de comer y ocupó un rincón del parque en el que nadie podía verlo», comenta Amparo, una vecina de la zona.

Su estado se fue deteriorando poco a poco, la depresión por la pérdida de su pareja estuvo a punto de costarle la vida, pero fue Amparo quien intentó un último esfuerzo: «Rechazaba la comida que yo le llevaba y como vi que iba a morir, pedí a Mantenimiento que intentaran trasladarlo a otro sitio donde pudieran recuperarlo, y me hicieron caso». La medida de urgencia dio su resultado y recientemente el cisne ha sido devuelto al jardín del Salitre. La sorpresa más agradable se la ha llevado Amparo, ya que el cisne recuerda perfectamente a quien fue su cuidadora durante aquellos días.