Mujeres de bronce y madera, por lo general en pose sensual, darán vida al Parque Escultórico Antonio Campillo, una de las novedades que traerá el otoño a la ciudad de Murcia. La Junta de Gobierno del Ayuntamiento aceptó el 30 de junio la donación de cinco obras del artista murciano fallecido en 2009 a los 84 años, que se sumarán a otras tres que ya forman parte del patrimonio municipal, según fuentes municipales.

Todas ellas se plantarán en un jardín de alguna zona en expansión de la ciudad aún por determinar y bajo el sabio consejo de Juan Pérez Ferra, su mano derecha y uno de los mejores conocedores de su legado. Las obras incluidas en el paquete donado por la familia a los murcianos son ´Mujer pechugona en la hamaca´, ´La Cigarra´, ´La Garza´, ´Homenaje a la mujer murciana´ y ´La Cansera´. ´La tertulia´, conjunto formado por tres piezas, fue legado por el artista a Murcia en noviembre de 2008, siete meses antes de su muerte, junto a ´Venus en Bicicleta´, instalada delante del Palacio Almudí respetando su expresa voluntad.

Campillo, un gran admirador del desenfado de la gente de Murcia, de la finura del paisaje y de la gracia y exuberancia de sus mujeres, esculpió algunas de estas obras superados ya los 80 años. Es el caso de ´Homenaje a la mujer murciana´ y ´La Garza´, ambas de 2006, en las que plasma, según el célebre crítico de arte José Marín-Medina –autor del tratado ´La escultura española contemporánea´–, esa tipología de mujer potente y de formas graciosas. «Esa insistencia responde a los cánones macizos y a la fresca contextura de la mujer de la Huerta», reconoce Marín-Medina en el catálogo de una de sus grandes exposiciones en las calles de Murcia bajo patrocinio de Caja Mediterráneo.

´La Cansera´, también de 2006, representa a otra de estas simpáticas murcianas acariciándose los pies apoyada en una silla rústica, un elemento también muy habitual en su obra y reflejo, según el citado crítico, de su calidad poética y de su intenso estudio de los enseres de su espacio doméstico.

Una de sus últimas obras, ´La Cigarra´, de 2008, es la representación de otra mujer desnuda, aunque esta vez «acurrucada y recostada», una composición «osada», a ojos de Marín-Medina, «pues el juego de volúmenes resulta extraordinariamente sugestivo» en combinación con las sensaciones sugeridas por las oquedades y por su manera de colocar la figura en posiciones muy diferentes: «Una pieza como ésta ha sido compuesta para que se vaya abriendo y cerrando, expandiéndose y contrayéndose sin cesar en el espacio». En una palabra, como subraya Antonio Campillo: «Se puede rodear cien veces, pero nunca se podrá poseerla plenamente», como cita el especialista.

La obra de Campillo no es una desconocida para el gran público murciano, pues es el escultor más habitual en las calles de la capital. Así, por ejemplo, entre las más reconocidas están ´Después de la danza´, en la fachada del Auditorio Víctor Villegas; ´El homenaje al Nazareno´, en la Glorieta de España; el ´Mercurio´, en la plaza de San Bartolomé; ´Mujer en bicicleta´, en el Almudí, y el ´Retrato de Rubén Darío´, en la plaza de la Convalecencia. Con este gran parque escultórico el Ayuntamiento, a través del programa ´Murcia que se fue´, invitará a los murcianos a descubrir los encantos de estas mujeres.