Campo Alto, una comunidad de regantes comprometida con el territorio en Lorca

Hasta siete proyectos se ocupan de la optimización del agua, la recogida de plásticos, la generación de energía limpia y la recuperación y abastecimiento de especies animales protegidas

Imagen del Terciario donde se pretende habilitar un área natural recreativa.

Imagen del Terciario donde se pretende habilitar un área natural recreativa. / Gloria Piñero

Campo Alto es una modesta comunidad de regantes formada por la asociación de 309 agricultores y cuyo perímetro de riego es de 950 hectáreas, todas situadas en la pedanía lorquina de La Paca. De ellas, anualmente sólo se cultivan 435 en base a los derechos de regadío que posee el ente comunero, lo que permite la rotación de los cultivos en unas tierras castigadas por la elevada salinización de los escasos recursos hídricos de que dispone.

Apenas 560.000 metros cúbicos de agua al año sirven para sostener la agricultura, que es la principal actividad económica de las Tierras Altas de Lorca, de la que dependen centenares de familias que se dedican fundamentalmente al cultivo de olivo, la vid, el almendro y las plantas aromáticas. Sus recursos proceden del acuífero Don Gonzalo-La Umbría, de la reutilización de aguas depuradas y de la captación de pluviales.

Consciente de las dificultades que supone mantener su actividad en una tierra conocida como “el secano rabioso”, castigada por los efectos de las prolongadas sequías consecuencia del cambio climático, Campo Alto se afana en la aplicación de tecnologías que permiten la optimización del agua. De ello da fe la extensa red de captación y transporte de las aguas de lluvia hasta los depósitos de la antigua depuradora de La Paca, que son utilizados para la decantación y la regulación de las aguas captadas, y desde donde son volcadas a la red hidráulica de los regantes. Así, Campo Alto obtiene hasta 57.000 m3 de agua de lluvia al año −depende de la climatología− para su aprovechamiento.

Pero esta humilde comunidad de regantes, que este año cumple 40 años de historia, también está comprometida con el territorio, así que se ha convertido en pionera en acciones ligadas a la sostenibilidad y al cuidado del medio ambiente.

Entre esos proyectos destacan el compromiso suscrito por los comuneros para la recogida de los plásticos agrícolas según van cumpliendo su función, lo que favorece su reciclaje y evita que sean labrados. “Es un proceso arduo y costoso”, explica Juan García Corbalán, presidente de Campo Alto, pero “ya forma parte de nuestro código de buenas prácticas porque nos parece esencial no contaminar la tierra de la que vivimos y, además, es un compromiso con nuestro paisaje y con el medio ambiente”.

Otra de las acciones puestas en marcha son las shadeballs o las bolas de sombra que en Campo Alto incorporan a sus embalses. Este sistema los protege de la evaporación hasta en un 90% y evita la creación de algas, patógenos y de bromato en el agua. Pero, además, permite que las especies avícolas de la zona puedan beber en ellos, lo que no ocurriría si estas reservas de agua estuvieran cubiertas de plástico.

Respecto al consumo energético, la orografía de las Tierras Altas de Lorca hace necesario impulsar los recursos hídricos desde sus zonas de almacenamiento hasta los cultivos. Con la instalación de placas solares, además de generar su propia energía, la Comunidad de Regantes Campo Alto de Lorca también contribuye al cuidado del medioambiente mediante el empleo de renovables.

García Corbalán en uno de los bebederos para la fauna salvaje construidos por Campo Alto.

García Corbalán en uno de los bebederos para la fauna salvaje construidos por Campo Alto. / Gloria Piñero

Una de las medidas implantadas en los últimos tiempos y de la que más orgullosos se sienten estos comuneros ha sido la construcción de numerosos bebederos que, estratégicamente situados en su perímetro de riego, ayudan a la supervivencia de las importantes especies animales autóctonas que pueblan las Tierras Altas, como muflones, ginetas, jabalíes, garzas reales, águilas perdiceras o halcones peregrinos. Algunas de ellas, como el lince ibérico, recientemente reintroducido en la zona en el marco del proyecto Life Lynxconnect, se encuentran en peligro de extinción. Para García Corbalán “es importante hacer nuestra propia contribución a la preservación de la biodiversidad procurando el abastecimiento de agua a estas especies, que son un tesoro que debe conservarse”. Por ello, en el proyecto con el que la Comunidad de Regantes Campo Alto opta a una subvención del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico para la financiación de proyectos innovadores para la transformación territorial y la lucha contra la despoblación, han incorporado la ampliación de esta red de bebederos para la fauna salvaje.

Ahora, en Campo Alto están estudiando utilizar alguno de sus embalses para contribuir a la recuperación del fartet (Aphanius Iberus), un pequeño pez endémico de la península ibérica, también catalogado como en peligro de extinción en la Región de Murcia y a nivel nacional. “Sabemos que la liberación de fartet en balsas de riego es una medida efectiva para la creación de pequeños grupos de reserva, pero especialmente, para el acercamiento de la biodiversidad autóctona a los agricultores y a la población en general, así que vamos a intentar ponerlo en marcha”, ha asegurado García Corbalán. No sería su primera experiencia con peces, en tanto ya trabajan en uno de sus embalses con otra especie que limpia el agua de manera natural de sustancias como nitratos y fosfatos.

Espacio verde en el Terciario

Uno de los proyectos más ilusionantes de la Comunidad de Regantes Campo Alto es la cesión al Ayuntamiento de Lorca de las balsas anexas a la antigua depuradora, ubicada a las afueras de La Paca, para la habilitación de un área natural recreativa.

La parcela, hoy llena de maleza, cuenta con un interesante potencial. “Creemos que aprovechando las pequeñas balsas de agua existentes, incorporando árboles de porte y diseñando un jardín con plantas autóctonas o adaptadas a nuestro clima, aquello podría ser un pequeño oasis para su disfrute por parte de los vecinos y vecinas y un aliciente para que personas que no viven aquí se acerquen también a La Paca”, ha asegurado esperanzado el presidente de Campo Alto.