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Enrique Soler
Ver galería >Timbales y cornetas anunciaban el parlamento entre el Rey Cristiano y el Sultán Moro, en el tercer día de Fiestas en honor a la Vera Cruz de Caravaca. A primera hora de la tarde, las kábilas Moras y los grupos Cristianos partían desde la Iglesia Mayor de El Salvador camino del Templete, el baldaquino que corona la Glorieta caravaqueña. Se trata de uno de los desfiles más intensos para los festeros, discurriendo por las calles del Casco Antiguo de la Ciudad. Cerrando la procesión, partió la Vera Cruz, camino al ritual más antiguo de los que se celebran en las Fiestas en su honor.
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Timbales y cornetas anunciaban el parlamento entre el Rey Cristiano y el Sultán Moro, en el tercer día de Fiestas en honor a la Vera Cruz de Caravaca. A primera hora de la tarde, las kábilas Moras y los grupos Cristianos partían desde la Iglesia Mayor de El Salvador camino del Templete, el baldaquino que corona la Glorieta caravaqueña. Se trata de uno de los desfiles más intensos para los festeros, discurriendo por las calles del Casco Antiguo de la Ciudad. Cerrando la procesión, partió la Vera Cruz, camino al ritual más antiguo de los que se celebran en las Fiestas en su honor.
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Timbales y cornetas anunciaban el parlamento entre el Rey Cristiano y el Sultán Moro, en el tercer día de Fiestas en honor a la Vera Cruz de Caravaca. A primera hora de la tarde, las kábilas Moras y los grupos Cristianos partían desde la Iglesia Mayor de El Salvador camino del Templete, el baldaquino que corona la Glorieta caravaqueña. Se trata de uno de los desfiles más intensos para los festeros, discurriendo por las calles del Casco Antiguo de la Ciudad. Cerrando la procesión, partió la Vera Cruz, camino al ritual más antiguo de los que se celebran en las Fiestas en su honor.
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Timbales y cornetas anunciaban el parlamento entre el Rey Cristiano y el Sultán Moro, en el tercer día de Fiestas en honor a la Vera Cruz de Caravaca. A primera hora de la tarde, las kábilas Moras y los grupos Cristianos partían desde la Iglesia Mayor de El Salvador camino del Templete, el baldaquino que corona la Glorieta caravaqueña. Se trata de uno de los desfiles más intensos para los festeros, discurriendo por las calles del Casco Antiguo de la Ciudad. Cerrando la procesión, partió la Vera Cruz, camino al ritual más antiguo de los que se celebran en las Fiestas en su honor.
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Timbales y cornetas anunciaban el parlamento entre el Rey Cristiano y el Sultán Moro, en el tercer día de Fiestas en honor a la Vera Cruz de Caravaca. A primera hora de la tarde, las kábilas Moras y los grupos Cristianos partían desde la Iglesia Mayor de El Salvador camino del Templete, el baldaquino que corona la Glorieta caravaqueña. Se trata de uno de los desfiles más intensos para los festeros, discurriendo por las calles del Casco Antiguo de la Ciudad. Cerrando la procesión, partió la Vera Cruz, camino al ritual más antiguo de los que se celebran en las Fiestas en su honor.
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Timbales y cornetas anunciaban el parlamento entre el Rey Cristiano y el Sultán Moro, en el tercer día de Fiestas en honor a la Vera Cruz de Caravaca. A primera hora de la tarde, las kábilas Moras y los grupos Cristianos partían desde la Iglesia Mayor de El Salvador camino del Templete, el baldaquino que corona la Glorieta caravaqueña. Se trata de uno de los desfiles más intensos para los festeros, discurriendo por las calles del Casco Antiguo de la Ciudad. Cerrando la procesión, partió la Vera Cruz, camino al ritual más antiguo de los que se celebran en las Fiestas en su honor.
Enrique Soler
Timbales y cornetas anunciaban el parlamento entre el Rey Cristiano y el Sultán Moro, en el tercer día de Fiestas en honor a la Vera Cruz de Caravaca. A primera hora de la tarde, las kábilas Moras y los grupos Cristianos partían desde la Iglesia Mayor de El Salvador camino del Templete, el baldaquino que corona la Glorieta caravaqueña. Se trata de uno de los desfiles más intensos para los festeros, discurriendo por las calles del Casco Antiguo de la Ciudad. Cerrando la procesión, partió la Vera Cruz, camino al ritual más antiguo de los que se celebran en las Fiestas en su honor.
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Timbales y cornetas anunciaban el parlamento entre el Rey Cristiano y el Sultán Moro, en el tercer día de Fiestas en honor a la Vera Cruz de Caravaca. A primera hora de la tarde, las kábilas Moras y los grupos Cristianos partían desde la Iglesia Mayor de El Salvador camino del Templete, el baldaquino que corona la Glorieta caravaqueña. Se trata de uno de los desfiles más intensos para los festeros, discurriendo por las calles del Casco Antiguo de la Ciudad. Cerrando la procesión, partió la Vera Cruz, camino al ritual más antiguo de los que se celebran en las Fiestas en su honor.
Enrique Soler
Timbales y cornetas anunciaban el parlamento entre el Rey Cristiano y el Sultán Moro, en el tercer día de Fiestas en honor a la Vera Cruz de Caravaca. A primera hora de la tarde, las kábilas Moras y los grupos Cristianos partían desde la Iglesia Mayor de El Salvador camino del Templete, el baldaquino que corona la Glorieta caravaqueña. Se trata de uno de los desfiles más intensos para los festeros, discurriendo por las calles del Casco Antiguo de la Ciudad. Cerrando la procesión, partió la Vera Cruz, camino al ritual más antiguo de los que se celebran en las Fiestas en su honor.
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Timbales y cornetas anunciaban el parlamento entre el Rey Cristiano y el Sultán Moro, en el tercer día de Fiestas en honor a la Vera Cruz de Caravaca. A primera hora de la tarde, las kábilas Moras y los grupos Cristianos partían desde la Iglesia Mayor de El Salvador camino del Templete, el baldaquino que corona la Glorieta caravaqueña. Se trata de uno de los desfiles más intensos para los festeros, discurriendo por las calles del Casco Antiguo de la Ciudad. Cerrando la procesión, partió la Vera Cruz, camino al ritual más antiguo de los que se celebran en las Fiestas en su honor.
Enrique Soler
Timbales y cornetas anunciaban el parlamento entre el Rey Cristiano y el Sultán Moro, en el tercer día de Fiestas en honor a la Vera Cruz de Caravaca. A primera hora de la tarde, las kábilas Moras y los grupos Cristianos partían desde la Iglesia Mayor de El Salvador camino del Templete, el baldaquino que corona la Glorieta caravaqueña. Se trata de uno de los desfiles más intensos para los festeros, discurriendo por las calles del Casco Antiguo de la Ciudad. Cerrando la procesión, partió la Vera Cruz, camino al ritual más antiguo de los que se celebran en las Fiestas en su honor.
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