Blancos y azules ejercen un papel activo en el desarrollo cultural de la ciudad que se ve acentuado cada septiembre coincidiendo con la celebración de la Feria y Fiestas. Y este año especialmente con la conmemoración del cuarto de siglo de la Coronación Canónica de la Virgen de la Amargura, titular del Paso Blanco, y de la Virgen de los Dolores, imagen titular del Paso Azul. El Museo Azul de la Semana Santa acoge ‘Maestro y amigo de enseñar. Salzillo y escuela’, donde se reivindica a Lorca como ‘Ciudad de Salzillo’, mientras en el Palacete de Huerto Ruano el Paso Blanco inauguraba ‘Esencias urbanas’, una exposición de acuarelas figurativas con ‘peculiares atmósferas’ de la ciudad, del artista Alfredo López.

“Todavía queda mucho por conocer del legado salzillesco y muchos espacios emblemáticos que hagan posible, como este de San Francisco de Lorca, sede del Paso Azul, contextualizar, bajo la visualización barroca, obras que permanecen fuera de la mirada del gran público al formar parte de legados patrimoniales cuyo acceso y visita no es fácil en la mayoría de las ocasiones”, afirmaban Ignacio José García Zapata y Manuel Pérez Sánchez, comisarios de la exposición ‘Maestro y amigo de enseñar. Salzillo y escuela’, que se muestra estos días en el antiguo claustro del convento de San Francisco, en el Museo Azul de la Semana Santa, Mass.

La muestra que comisarian reúne “patrimonio escultórico que guardan los monasterios femeninos de clausura –siendo buena muestra de ello los existentes en la ciudad de Lorca- o el de las colecciones particulares”. Por unos días se puede disfrutar de la contemplación de unas obras, muy especiales y de extraordinaria calidad, que “generalmente permanecen en la privacidad”. Pero también hay muchas otras que pertenecen a altares, retablos y camarines de templos e iglesias y que pasan desapercibidas.

La exposición se convertía en un punto de inflexión para reivindicar a Lorca como ‘Ciudad de Salzillo’ por la extensa factura del artista que se guarda en conventos como el de la Consolación de las Madres Mercedarias o el de Santa Ana y Santa María Magdalena de clarisas. Entre las piezas que reúne la exposición está el grupo del Milagro de San Blas. Es una de las piezas que Francisco Salzillo realizó en su etapa de madurez y plenitud. La secuencia representa la resurrección del niño asfixiado con una espina de pescado, cuya madre, arrodillada y con él en brazos, solicita la intercesión divina a través de la figura del santo obispo.

El pintor Alfredo López (c) ofrece detalles sobre sus obras al presidente del Paso Blanco y al alcalde Pilar Wals

San Joaquín y Santa Ana, del primer tercio del siglo XVIII, abandonaban la hornacina principal del retablo de San José de San Francisco para ocupar un espacio en la exposición. Y la Virgen de las Angustias, como también está presente en la muestra, desde su camarín rococó –uno de los mejores de toda la Diócesis de Cartagena- una Inmaculada Concepción, de José López Pérez, de 1775. Y piezas con clara inspiración del maestro Salzillo, contemporáneas, como el grupo de Nuestra Señora de la Aurora, encargo de la joven y entusiasta hermandad lorquina que rinde culto a esa popular advocación mariana, obra de Juan y Sebastián Martínez Cava, más conocidos popularmente como los hermanos Cava.

En Huerto Ruano, auspiciado por el Coro de Damas de la Virgen de la Amargura, del Paso Blanco, se muestra en dos de sus principales salas los últimos trabajos del pintor nacido en Vinaroz, Castellón, y afincado en Murcia, Alfredo López. ‘Esencias urbanas’ se enmarca, como afirmaba el presidente del Paso Blanco, Ramón Mateos, dentro del “lenguaje figurativo, poniendo el foco en el paisaje urbano, creando sus peculiares atmósferas”. En sus acuarelas experimenta con diferentes técnicas que muestran “inmediatez y frescura”, imprescindibles para atrapar el interés del espectador, apuntaba la presidenta del Coro de Damas de la Virgen de la Amargura, María Jesús Pérez Periago.

La exposición, argumentaba el artista, está pensada para el escenario en el que se da cita. Y desarrolla una nueva línea de trabajo dentro de su carrera. La investigación abarcaba las gamas cromáticas agrisadas, presentes en la mayor parte de las obras de la exposición. El resultado no podía ser más satisfactorio. A ello, contribuía que conocía la ciudad y su Semana Santa y la mayor parte de su patrimonio histórico. Destacaba la luz que tiene la ciudad y la “infinidad de temas que propone”.

Treinta tres son las obras que se pueden contemplar estos días en Huerto Ruano y que prácticamente desaparecían de las manos del artista, de las del Paso Blanco, por lo que Alfredo López no descartaba “volver a colaborar de alguna manera, no sé si de forma colectiva o individual, en la ciudad”. El Conjunto Monumental de Santo Domingo, el Casino Artístico Literario, el Pósito, la Plaza de España, la antigua colegial de San Patricio… se muestran con una visión diferente junto a paisajes urbanos de Madrid y Venecia.