El Pantano de Puentes está desembalsando agua y lo seguirá haciendo durante los próximos días. Del embalse se sacarán cuatro hectómetros cúbicos de agua que permitirán a los agricultores lorquinos regar sus campos. El pantano se ha convertido en un ‘balón de oxígeno’ en un momento en que las lluvias no hacen acto de presencia, la desalinizadora de Águilas está en parada técnica y el Trasvase Tajo-Segura se ha convertido en toda una ‘incertidumbre’ que se resuelve mes a mes. Así lo aseguraba en declaraciones a LA OPINIÓN el presidente de la Comunidad de Regantes de Lorca, Juan Marín, quien afirmaba que «en el embalse aún quedarán otros seis hectómetros cúbicos de agua almacenada».

Esas reservas se guardarán, admitía, para regar en primavera. «Estamos en una situación de incertidumbre que se nos resuelve —en el caso del trasvase— mes a mes, por lo que esa circunstancia nos obliga a ser previsores. No sabemos si el mes que viene nos llegará agua, por lo que las reservas de Puentes hay que mantenerlas por lo que pueda ocurrir». Cuatro serán, apuntaba Marín, los hectómetros cúbicos que se guardarán para esas fechas. Los dos restantes no se podrán extraer. «No. Únicamente nos permiten sacar ocho hectómetros en el año hidrológico y uno es de obligado cumplimiento de no utilizar al tratarse del caudal ecológico», detallaba.

El desembalse se está realizando a través del canal que une el Pantano de Puentes con la Casa Mata. En este último lugar es donde se encuentra la red de distribución y se hace el reparto del agua para cada una de las zonas de riego. Las reservas, recordaba el presidente de los mancomuneros, provienen de las entradas del río Luchena, pero también de las lluvias de 2019. «La acertada decisión que se tomó en ese momento de reservar este caudal ha permitido que los agricultores puedan regar en estos momentos», argumentaba.

La parada técnica de la desalinizadora de Águilas-Guadalentín se inició el pasado lunes. Durante dos semanas no surtirá de agua a los regantes. Se trata de una de las dos paradas que la infraestructura realiza cada año. Los regantes lorquinos también cuentan con balsas ‘amortiguadoras’ que permiten el almacenaje de agua en distintas zonas. Sus reservas varían en función de los riegos que se estén ejecutando. «Unos días pueden estar llenas y al día siguiente vacías», admitía el presidente de los regantes.

Entre ellas, están la de Los Leones y Botías, con una capacidad total de 800.000 metros cúbicos; el embalse de Torrecilla, en el que se almacena el agua de los pozos de la Comunidad de Regantes, con 200.000 metros cúbicos; el de la Jereza, en el Polígono Industrial de Saprelorca, con 100.000 metros cúbicos; el de la depuradora, con 30.000 metros cúbicos; La Ribera, 50.000 metros cúbicos; y la balsa de Sacursa, 50.000 metros cúbicos. Estos embalses y balsas de almacenamiento están en estos momentos a la mitad de su capacidad, reseñaba Marín.

Valdeinfierno, vacío

En el Pantano de Valdeinfierno ni siquiera se almacena el caudal ecológico exigido. La presa del embalse presenta filtraciones desde hace años por las que se escapa el poco agua que se pueda acumular. Cuando se producen lluvias de cierta consideración y se registra un aumento de su caudal este se desembalsa hacia Puentes de forma regulada. Esto sucedió hace dos años, convirtiéndose en un auténtico espectáculo para decenas de lorquinos que acudieron a presenciarlo. Tanto el Pantano de Puentes como el de Valdeinfierno fueron construidos con una doble finalidad, embalsar agua para el abastecimiento y mitigar los efectos de las riadas y avenidas. La presa de Puentes, inaugurada hace 22 años, fue construida aguas arriba de la anterior con una capacidad máxima de 29 hm3. Se trata de la cuarta presa que se construye. Apenas a unos metros, aguas abajo, se sitúa la anterior, aún visible y cuya construcción se inició en septiembre de 1881.