El amor de la que fuera camarera y presidenta de la Asociación de Nuestra Señora la Virgen de los Dolores por la Dolorosa es tan grande que cuando la mira su semblante se ilumina. Cuántas veces Joaquina Gil Arcas ha compartido confidencias con la titular de la Hermandad de Labradores, Paso Azul, mientras cuidaba de su ajuar, mientras acomodaba con cariño la mantilla alrededor de su cara poco antes de iniciarse la procesión…

Entonces, se producía ese diálogo en silencio que ha compartido con la imagen durante más de dos décadas. Esa ternura, muy presente en la forma de ser de Joaquina, fue la que llevó a que en la noche de este viernes unos ciento cincuenta azules la acompañaran en una cena en el que todos le dedicaron cariñosas palabras por su labor de tantos años que lograron emocionarla tras su nombramiento como Camarera de Honor de la Dolorosa.

             La nueva camarera y presidenta de la Asociación de la Virgen de los Dolores, Tana García Mínguez, le daba las gracias por tanto amor, por tanto cariño, por sus desvelos… por tanto esfuerzo. Y el presidente de la Hermandad de Labradores, José María Miñarro, se fundía en un abrazo con el que quería que se llevara el agradecimiento de todos los azules.

La primera Camarera de Honor de la Virgen de los Dolores fue nombrada en un acto institucional que tuvo lugar con motivo de los Dolores Gloriosos de la Virgen en la iglesia de San Francisco días pasados. En ese acto, Joaquina Gil Arcas recibió un pergamino con el otorgamiento del nombramiento pintado a mano minado, obra del artista lorquino Joaquín Bastida Gil.

Con estos dos actos se ha querido homenajear a una mujer, recordaba Miñarro este viernes, con un conocimiento amplio de la procesión azul, “una gran procesionista”. Entre los regalos que recibió en la cena está una pintura del genial Pepe López Gimeno.