Los hechos tuvieron lugar en la calle Virgen de los Dolores, en el casco urbano de Alhama de Murcia, por donde caminaba una joven, la cual fue increpaba desde un coche, un BMW, por dos individuos a los que no conocía. El novio de esta chica estaba esperándola en la puerta de un bar, vio la escena y, al pasar el vehículo a su altura, «le hizo un gesto recriminándole ese comportamiento, que consideraba inapropiado», tal y como se lee en el relato de hechos probados. No era la primera vez que increpaban a la mujer por la vía pública.

El coche dio la vuelta, el conductor, un rumano de 30 años, pidió al novio que se acercase a la ventanilla y entonces ambos iniciaron «un intercambio de golpes en la cara, con la intención cada uno de ellos de menoscabar la integridad física de su adversario, sin que conste acreditado cuál de ellos propinó en primer lugar un golpe». El conductor se bajó del turismo y siguió pegando al novio. El altercado terminó cuando testigos que estaban en el bar se acercaron a mediar.

El novio sufrió heridas en la rodilla y en una de las manos, que tardaron un mes en curarse. Además, como secuela se le ha quedado una deformidad en la mano derecha.

El Juzgado de lo Penal N.º 2 de Lorca condenó al rumano a cuatro meses de cárcel por un delito de lesiones y a indemnizar a su víctima con 3.600 euros. A su copiloto, también rumano y de 34 años de edad, le puso una multa de 150 euros.

El conductor recurrió ante la Audiencia Provincial de Murcia y alegó que pegó al novio en legítima defensa. Afirma que él a la chica solo la llamó «guapa» y considera que eso no es un comentario obsceno. Y asegura que fue el novio de la joven quien le provocó, que se mostró «desafiante». La Audiencia desestimó el recurso y confirmó la condena.