Dusko, de 15 años, va a perderse la excursión que organiza cada año la Asociación Leyva a la residencia del Instituto Murciano de Acción Social (IMAS) El Peñasco, en el Puerto de Mazarrón, por ser «demasiado nervioso», consideran los organizadores.

Se da la circunstancia de que este adolescente, vecino de la población murciana de El Esparragal, tiene autismo. Sus padres creen que ha sido por eso por el motivo que ha sido excluido, pese a que, explican, otros años ha ido ya a la actividad estival.

Valeria Barbosa, madre del menor, que está escolarizado en un colegio público de Educación Especial de Cabezo de Torres, indicó a LA OPINIÓN que este verano se ha encontrado con «excusas» que no existían otros años.

«Cuando llamé me dijeron que mi hijo no tenía plaza porque era un chico muy nervioso que nunca se integra con los demás y que está llorando todo el rato, cosa que es totalmente falsa», destaca la mujer. En la misma línea, hace hincapié en que «mi hijo disfruta mucho con estas actividades, otros años ha acudido a ellas sin ningún problema e incluso ha hecho amigos» durante las mismas.

«Mi hijo es muy sociable», remarca Valeria, al tiempo que destaca que «nunca llora», como sostienen en la asociación.

Por su parte, el director de la Asociación Leyva, que organiza la excursión a Mazarrón, señaló a LA OPINIÓN que el motivo para excluir a este menor es que «el niño no disfruta la actividad», así como que «llora, grita» y «no está cómodo».

«Está incómodo, está muy mal, sufre, está irritado, no disfruta en la playa ni en el agua», insiste el hombre, que prefiere que no se dé su nombre. «No podemos», subraya, al tiempo que expresa su deseo de que «puede ser que otro año esté mejor el crío» y disfrute de la actividad. A este respecto, incide en que «se ha hecho todo lo posible pero es muy difícil». Además, asegura que «ahí (en el campamento) hay niños más problemáticos, que se agreden, pero están a gusto». Que no es el caso de Dusko, quien «está muy mal», hace hincapié el director.

«Llevamos 37 años de asociación sin problemas, dejándonos la piel, y nos cuesta mucho dejar fuera a críos», manifiesta.

Más casos en España

El de Dusko no es el único caso que ha acontecido en España últimamente. M. A., un niño de 6 años con trastorno del espectro del autismo, fue expulsado de un campamento municipal en Torrejón de Ardoz (Madrid), después de tres días participando en este programa de verano. También trascendió que habían rechazado a un niño de 9 años, llamado David, por ser autista en un campamento de Torremolinos.

El primer caso que saltó a la luz pública fue el de Inés. Un campamento en Aldeaduero (Salamanca) expulsaba el primer día a esta niña de 11 años con retraso madurativo. «No tiene ningún problema. Lo único es que tarda unos segundos en comprender», señaló su madre, cuando hizo público lo que había pasado.