"Vamos a esclarecer los hechos y ya está", decía Julio García el padre de familia, quien la noche de autos en la que fueron asesinados su esposa y su hijo pequeño se encontraba fuera de la casa, al cuidado de un familiar. La vivienda de la calle Asturias de Las Torres de Cotillas que fue escenario del crimen de Martes Santo permanece ahora vacía. De dos de las ventanas cuelgan carteles de 'se vende'.

El padre era el encargado de abrir este viernes la puerta a los profesionales del Instituto Criminalístico Forense que se desplazaban al domicilio para reconstruir, en tres dimensiones, que pasó aquel fatídico día. Del doble asesinato hay únicamente un sospechoso: Iván, el hijo mayor de la familia, un joven que se encuentra en prisión provisional desde que, horas después del hallazgo de los cuerpos, era detenido por la Guardia Civil y puesto a disposición en los juzgados de Molina de Segura. Él sostiene que no ha sido. Su padre, indican fuentes cercanas, cree en su inocencia.

"Han matado a mi madre y han matado a mi hermano por dinero. Esa es mi conclusión. Pero no puedo demostrarlo, de momento", comentaba, fumando un cigarro detrás de otro, el padre a su abogado en la puerta de la vivienda. Es lo que le ha contado su hijo Iván.

Escéptico con la reconstrucción, el hombre, apoyado en su bastón, apuntaba en voz alta que "esto nos diría si una persona entró o salió, pero no nos dice qué persona es".

Tal y como explicaban los profesionales movilizados, a petición de la acusación particular, que lleva el abogado José Ángel Alfonso (representa a la hermana de la mujer asesinada y al hijo del joven Miguel Ángel), lo que hicieron por una reconstrucción en 3D de lo que pasó. También tomaron muestras. Como el Instituto tiene laboratorio propio, esperan obtener en breve los resultados, "son prácticamente inmediatos", señalan.

Dos expertos del Instituto y dos profesionales de apoyo se han hecho cargo de la reconstrucción, al más puro estilo CSI. También se desplazaron al lugar dos agentes de la Benemérita.