La Audiencia Provincial de Murcia ha condenado a diversas penas a los doce integrantes de una banda que entre enero y abril de 2016 cometieron una quincena de atracos a mano armada en viviendas y establecimientos comerciales ubicados en las provincias de Almería, Alicante y Murcia.

La sentencia, a la que ha tenido acceso Efe, impone un total de 18 años y 10 meses de prisión al que es considerado el jefe de la banda, al que condena como autor de los delitos de pertenencia a organización criminal, robos, lesiones y receptación.

La Sala, que señala que los acusados reconocieron los hechos y se conformaron con cumplir las penas acordadas por el fiscal del caso y sus defensas, añade que los acusados actuaban con gran violencia y que solían ir provistos con pasamontañas para impedir su identificación.

Así mismo utilizaron como armas intimidatorias, pistolas, hachas, martillos, cuchillos y azadas.

Uno de los asaltos fue el cometido en la noche del 12 de abril de 2016 en un pub ubicado en la provincia de Alicante, cuando cuatro de los condenados accedieron al interior del mismo y se apoderaron del dinero que llevaban encima varias de las personas que allí se encontraban, así como diversos objetos.

Otro atraco fue el cometido en enero del mismo año en una inmobiliaria de Níjar (Almería), en la que tres miembros no identificados de la organización, pero con las directrices del jefe de la misma, obligaron a la dueña a entregarles el dinero que tuviera, mientras la amenazaban con tres armas cortas y la obligaban a tirarse al suelo.

Así lograron apoderarse de 2.000 euros, un teléfono móvil y un coche, así como de las llaves de diversas promociones inmobiliarias.

La mayor parte de los atracos, cometidos por estos asaltantes, casi todos ellos, naturales de Marruecos, se cometieron en distintos municipios de Murcia, ocurriendo varios de ellos en distintas casas en el momento en que sus moradores se encontraban en el interior de las mismas.

Uno de esos asaltos fue el ocurrido en enero de 2016 en la residencia de un matrimonio de ancianos ubicada en Mazarrón, en la que entraron varios de los acusados.

En esa ocasión iban provistos de una pistola, un cuchillo y azadas, con las que amenazaron a los moradores, a los que propinaron diversos golpes e inmovilizaron.

El relato de hechos probados recoge al referirse a ese asalto que cuando la mujer logró soltarse la ataduras que le habían puesto en las manos, uno de los atracadores le pisó la mano, además de propinarle un golpe en el brazo con una de las azadas.

Los atracadores se apoderaron de dinero y joyas, y antes de abandonar la vivienda rompieron el teléfono del marido, además de cortar la línea de otro y apoderarse del vehículo del matrimonio.

Como consecuencia de los hechos, aquel sufrió la fractura de dos costillas, y su esposa también resultó lesionada, habiendo necesitado tratamiento psiquiátrico por estrés postraumático.

La sentencia señala también que durante los registros efectuados en los domicilios de los condenados se hallaron diversos objetos procedentes de una decena de robos que habían sido denunciados por los perjudicados.

Esos robos se habían producido en distintas viviendas de la Región de Murcia y, también, en un polideportivo de Bétera (Valencia).