«Estamos desesperadas y no vemos salida». Con estas palabras explicaba ayer cómo se sentía María Dolores García, la madre de Thalía, una niña de 9 años que padece el síndrome de Alagille, una enfermedad genética que afecta al hígado, al corazón y otros sistemas, y que va a ser desahuciada por sus abuelos.

En la mañana de ayer decenas de vecinos del municipio y de localidades cercanas, así como miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), acudieron a la casa para intentar impedir que ambas fueran expulsadas de la vivienda, aunque sólo lograron que el desahucio se traslade al próximo martes. El problema es que la vivienda está a nombre de los abuelos paternos de la niña, padres de su exmarido, y han interpuesto una demanda para echarlas del domicilio pese a que María Dolores asegura que la casa pertenece por derecho propio a la niña.

García explica que se siente desprotegida y que denunciará a la abogada de oficio que llevaba el caso, «ya que no defendió bien los derechos de mi hija, por lo que se rechazó nuestro recurso».