«Un reconocimiento por su compromiso social, acercándose y compartiendo el sufrimiento de los desfavorecidos y postergados en nuestra sociedad, sin pretensiones de ejercer liderazgo alguno, sino entendiendo su ejercicio como sacerdote como una persona cercana que ayuda al prójimo». Estos son los motivos que ha valorado el Ayuntamiento de Bullas para conceder el reconocimiento de la Medalla de la Villa a Joaquín Sánchez, el cura.

El acto de entrega será este sábado a las ocho y media de la tarde en el Aula de Cultura de Cajamurcia, ya que se celebra por primera vez un acto institucional por la conmemoración del Día de la Villa que recuerda el nacimiento del municipio de Bullas a finales del siglo XVII.

Para el concejal de Cultura, Antonio José Espín, instructor del procedimiento seguido, «la figura de Joaquín Sánchez nos muestra a una persona con una enorme conciencia social, que no se queda en las meras palabras o declaraciones, sino que es llevada al terreno de los hechos en la forma de una permanente lucha contra el egoísmo, la codicia y la ambición de poder que laten en la sociedad actual».

Nacido en 1962, Joaquín Sánchez Sánchez es hijo de una familia humilde, que tuvo que cambiar de residencia en varias ocasiones hasta afincarse finalmente en Bullas. Desde joven «Joaquín percibe que la fe debía manifestarse en una conversión personal y en un compromiso social efectivo». Ordenado sacerdote en julio de 1987, su primer destino es una parroquia situada en un barrio de Cieza, con un amplio sector de marginación social. Integrante de la Hermandad de Obreros de Acción Católica (HOAC), en la que pasará a ser consiliario de la Delegación de Pastoral Obrera de la Diócesis de Cartagena, y del Consejo Diocesano de Acción Católica, la lucha por la justicia y los cambios sociales le hacen estar representando a la HOAC en diversos ámbitos, un elemento fundamental de unión y fraternización.

Su continua aproximación a los sectores más desfavorecidos le llevó a aceptar ser capellán en la prisión de Sangonera -desde hace ya bastantes años- y posteriormente, y tras dejar la parroquia en la que se encontraba, pasar a ser capellán en los Centros psiquiátricos y en el Centro ocupacional para personas discapacitadas físicas, entre otros.