Un mayo de 1902 nacía en Cotillas Adolfo Molina Vicente. En 1920, con 18 años, dadas las escasas perspectivas de trabajo de la localidad, sin industrias y con la agricultura basada en la vid en franca decadencia, emigraba a Madrid en busca de fortuna. Se instalaba entonces en la calle General Ricardos número 11, en el barrio de Carabanchel, y conseguía trabajo como obrero en la fábrica de hielo de la calle Arganzuela, en El Rastro madrileño.

Tras pasar por la mili en Melilla, y salvarle la vida a un soldado herido, con su sangre, se casaba en Madrid, en octubre de 1928 con Mariana León García, nacida en Lorca en enero de 1909. A partir de entonces trabajó como cerrajero. Al tiempo su hermano Ángel crea el Partido Socialista de Las Torres de Cotillas en 1931 y acaba ejerciendo de alcalde de la localidad desde octubre de 1937 a finales de 1938.

Adolfo tuvo dos hijas ( Herminia y María) y un hijo ( Adolfo, que emigró a Francia, donde se casó), y acaban afincándose en Valencia en 1942, iniciando una nueva y fructífera vida. Con sólo 44 años, en 1946, abandonó el trabajo para dedicarse a vivir de su sangre, vendiéndola. Su esposa y sus hijos se acabarán trasladando a vivir en Lorca, pero él siguió su vida en Valencia con una nueva pareja. Mariana fallecería, junto a su hija Herminia, en Santa Coloma de Gramanet (Barcelona), en febrero de 1990.

Vendía su sangre

En 1950, Adolfo ya había vendido 290 litros y en 1957 superaba ligeramente la extracción de 500 litros de sangre y en su cuerpo se contabilizaban 4.053 pinchazos, habiendo recaudado un millón de pesetas por la venta de su sangre. Por ello había dejado de trabajar en 1946, viviendo del tema toda la familia. Le llegaron a pagar 1.900 pesetas por 75 mililitros (en 1946 un maestro de escuela cobraba al año 6.000 pesetas) y su récord de extracción lo tenía en 1.400 mililitros en una hora.

En el Servicio Provincial de Transfusiones de Valencia, el doctor Juan Bautista Montoro Gosálvez certificó que Adolfo Molina había batido el récord de un italiano, convirtiéndose en Guinness mundial. En 1962 contaba que se reponía de las extracciones de sangre a base de carajillos, abundante cerveza, bistecs e hígado de ternera. La prensa se hacía eco de su vida con titulares como 'La Campsa sanguínea' o 'De humilde cerrajero a millonario campeón mundial de donaciones'. Adolfo Molina fallecía en Valencia el 9 de octubre del año 1962, con sólo 60 años, en la calle Salinas número 5. Se quedó sin sangre.